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El fin de semana pasado Starz emitía el último capítulo de la serie Spartacus: Sangre y Arena, la controvertida recreación histórica de la vida del esclavo romano Espartaco y sus guerras contra la República de Roma.

Digo controvertida porque en un afán de realizar un acercamiento a la cruda realidad de la civilización de la época la serie adolece de un exceso de sangre y escenas de alto contenido erótico que la hacen alejarse de un público más general. Y tal vez esta forma de hacer diferentes las cosas es lo que ha hecho que se convierta en una serie especial.

Capaz de sobrevivir a la enfermedad y posterior muerte de su actor protagonista: Andy Whitfield (39 años), mantuvo unos índices de audiencia más que aceptables y fue, en el periodo de convalecencia de Andy, capaz de desarrollar una interesante precuela: Spartacus, Dioses de la Arena.  En ésta el papel protagonista recaía en la figura de Gannicus, uno de los más fieles compañeros de Espartaco en su cruzada contra la esclavitud romana.

En su conjunto la serie es una interesante mezcla de excesos con contenido histórico en la que en algunos momentos te sientes sumergido en la desagradable realidad de una sociedad como la romana previa al Imperio de César. La decadencia, la codicia, el desprecio por la vida humana, los anhelos de los desfavorecidos y el poder casi ilimitado de la casta política, son los ingredientes sobre los que se entretejen las historias personales de los grandes personajes de Spartacus, Sangre y Arena.

En otros momentos, sin embargo, la reiteración de planos realizados con CGI y el abuso de cámara lenta, heredado de la maravillosa 300 de Zack Snyder, terminan por marearte y sacarte de lleno del contexto en el que se desarrolla la historia.

Las primeras dos temporadas te acercan bastante más a la realidad de la Roma (o la Capúa en este caso) de aquellos tiempos y se hacen interesantes gracias a su ritmo e historias secundarias mientras que la tercera y última se trata más bien de un intento, notable pero justito, de darle un final decente a la serie.

El vacío, eso sí, que deja en mis fines de semana, es complicado que lo llene alguna de las actuales producciones en la parrilla.

There is no greater victory than to fall from this world as a free man.

One day Rome shall fade and crumble, yet you shall always be rembemered.