Con el aumento considerable de servicios proporcionados a través de las redes llegó un momento que se observó que existían dos recursos limitados: el ancho de banda y la latencia. 

Había llegado el momento de gestionar eficientemente estos dos recursos si se quería seguir prestando servicios de calidad puesto que se hacía inviable su aumento infinito. 

Parte de la solución para esta administración eficiente de recursos fue la llegada de la calidad de servicio o, en sus siglas en inglés: QoS. 

El mecanismo de la QoS es tan simple como efectivo. Entendemos que no todos los tráficos generados en nuestro ordenador tienen un comportamiento y un nivel de criticidad equivalente. No es lo mismo que una página web nos tarde un segundo más en cargar que el hecho de que una conversación a través de Skype tenga ese mismo retraso de un segundo. Para solucionar este problema se decidió priorizar el tráfico en función de su sensibilidad ante determinados factores inherentes a una red de computadores: latencia, pérdidas de paquetes, límite de ancho de banda, etc. 

Esta priorización se puede llevar a cabo en muchos niveles del modelo OSI pero la que aquí nos ocupa se realiza en el nivel 3, es decir, en los routers. 

¿Por qué? 

Fundamentalmente porque son elementos presentes en toda la cadena de comunicación desde el emisor de la información al receptor. Y aquí aparece la característica más importante a la hora de aplicar calidad de servicio a nuestro tráfico: todos y cada uno de los dispositivos que formen parte de la comunicación deben implementar QoS. En el momento en el que uno solo de estos dispositivos no tenga configurados los parámetros adecuados la QoS dejará de tener efecto. 

Esto es obvio si pensamos en que si nuestro objetivo es darle prioridad máxima a un tipo de tráfico, todos los dispositivos encargados de encaminar ese tráfico deben estar al tanto de esta situación. Si uno de ellos no lo hace, se producirá un retraso no previsto, una pérdida no deseada y, por tanto, una merma de la calidad del servicio. 

¿Cómo se prioriza?

La forma que tiene la QoS de ponerse a funcionar es tan simple como añadir una cabecera a los paquetes IP en la que se indique su nivel de QoS definido. La complejidad, esto es, el análisis y toma de decisiones, lo realizarán los routers dependiendo del tipo de QoS definida en ellos. La forma de decidir qué tráfico se marca con determinadas etiquetas se debe configurar y puede atender a variables de nivel 3: redes o subredes, vaiables de nivel 4: puertos/protocolos, interfaces específicas, etc. 

En la actualidad la QoS está muy presente en las empresas dado que debido a la convergencia de servicios, tráficos de voz, vídeo y datos suelen compartir medios de comunicación y es vital separar y dotar de la prioridad adecuada a cada uno de estos servicios.

Existe un interesante artículo que explica el tipo de marcado que se realiza a los paquetes IP en el siguiente enlace: http://diecarvi.wordpress.com/2013/05/05/understanding-qos-numbering/