Blog personal de Sergio Madrigal donde encontrar textos sobre ciencia y tecnología, psicología, cine y literatura y quizá alguna cosita más.

Etiqueta: Personal (página 1 de 4)

Propósitos para 2024

Otro año termina.

Así de simple. 365 días después, aquí otra vez, intentando hacer el ejercicio de mirar hacia atrás y ser mínimamente honesto conmigo mismo.

Y, cómo ya dije hace un año: Los propósitos de año nuevo son una quimera y un arma de doble filo que lo mismo que nos divierte se puede convertir en una verdadera frustración vital.

Así que frente al papel en blanco, y con la lista de este 2023 en el cogote, me dispongo a enfrentarme al Sergio de hace un año.

Revisión de 2023

Aunque escribí la lista el 31 de diciembre de 2023, hice una pequeña revisión en Abril. La intención era continuar 3 meses después, pero bueno, ya conocemos las buenas intenciones.

Hoy me centraré en esa lista revisada, porque traté de ser más realista y más conciso y me vino bien para acotar mis expectativas:

Objetivos para 2023

  1. Leer 15 libros (~1/mes) ✅
  2. Publicar 24 posts (2/mes) ❌
  3. Hay 4 series que quiero empezar y terminar
  4. Quiero obtener 3 Certificaciones.
  5. Hacer deporte 2 veces a la semana. / Bajar a 80kg.
  6. Terminar el libro de Latín. 
  7. Completar el Proyecto Legendarium. Poner en marcha el Proyecto Alianza Digital.
  8. Viajar a 3 destinos diferentes a lo largo del año.

Visto así, 5 fracasos frente a 3 logros, uno se queda con la sensación de que no ha ido bien.

Pero es cierto que muchos de esos objetivos fallidos se han conseguido parcialmente.

  • He publicado 14 entradas, duplicando las que escribí en 2022.
  • He mantenido una rutina de hacer deporte que, si bien no me ha alcanzado para llegar al objetivo, me ha demostrado que puedo ser consistente también en ello.
  • He completado proyectos web y applicaciones que me han permitido profundizar en el aprendizaje de tecnologías muy interesantes para este 2024.

Por otro lado, dentro de los objetivos cumplidos, este ha sido un año de mucha más lectura (más de 15 libros), mucho viaje (más de 40.000 km recorridos en 3 meses) y mucho, muchísimo aprendizaje.

Así que, en realidad, este 2023 cierra con un balance muy positivo y con la vista puesta en un 2024 que se aventura tan interesante y apasionante.

Propósitos para 2024

Pero aquí hemos venido a jugar. Está claro que esto es un ejercicio que tiene mucho de ficción y poco de ciencia, pero yo siempre he sido un amante de las dos:

Para este 2024, estos son mis propósitos:

  1. Leer 20 libros: Ahora que le he cogido el gusto, y con una lista de pendientes, tanto en físico como en digital, bastante considerable, ha llegado el momento de dar otro pasito adelante.
  2. Publicar 24 posts: Aquí repito, quizá por cabezonería, pero creo que es posible alcanzar un ritmo de publicación en este espacio que me lleve a escribir dos veces al mes.
  3. Retomar el piano (2 piezas): Hay pocas cosas que me eche más en cara este 2023, como de mi total dejadez para con el piano. En 2024 es una de las cosas que pretendo cambiar sí o sí.
  4. Deporte (2 veces semana/82 kg): El camino ya está iniciado, ahora falta asentarse y complementarlo no sólo con el gimnasio sino con salir a correr de vez en cuando. De nuevo, metas asequibles.
  5. 300 contribuciones en mis repositorios: Esta es nueva, pero este año he pasado de 160 contribuciones a 110 en mis repositorios y este 2024 debe ser el año de desarrollar y desplegar los múltiples proyectos que tengo en mente.
  6. Certificaciones (3): No tiene mucho más. Con el cambio de trabajo y los múltiples frentes que he tenido abiertos, me he ido formando de forma paralela a las certificaciones regladas, en 2024 ha llegado el momento de consolidar ese conocimiento.
  7. Multiplicar mis números en internet. Hoy en día hay cada vez más plataformas, más mecanismos que nos permiten comunicarnos y este 2024 pretendo aprender a usarlos (al menos en aquellos que me siento más cómodo) y que eso conlleve más contenido.
  8. Aprender a estar. Llevo mucho, muchísimo tiempo, machacándome con la idea de que vivo 5 minutos hacia adelante, siempre lejos del presente, tratando de vivir en un futuro que no existe. Es un comportamiento aprendido durante años que me impide, en muchos momentos, disfrutar del presente. Y, como todo comportamiento aprendido, se puede desaprender.

Y ya estaría. Ocho nuevos propósitos para un año cuyas cifras suman 8. Poco más voy a pedir.

Hasta dentro de 365 366 días.

¡Feliz 2024!

La Incertidumbre

Enfilamos el último mes de un 2023 que ha tenido muchas cosas y, para ser honestos, la mayoría buenas.

Acaba, además, obligándome a enfrentarme a una de esas pesadas piedras que siempre he llevado en mi mochila: la intolerancia a la incertidumbre.

Cuando todo es incierto, nada es incierto

Como seres humanos, nuestro neocortex nos proporciona una serie de capacidades avanzadas que nos han convertido en la única especie soberana de la Tierra, o eso se nos supone.

Entre muchas de esas habilidades destaca la de la toma de decisiones. Nuestra capacidad de razonamiento, al igual que la de un ordenador, no es infinita, y esto nos obliga a buscar zonas de seguridad donde la mayoría de nuestro contexto se perciba bajo control.

He escogido con cuidado las palabras en la última expresión porque no existe nada bajo control, sino la percepción de que lo está.

Esto se ha convertido en pieza clave para nuestro desarrollo mental y emocional.

Por eso, cuando nos sobrevienen circunstancias que alteran significativamente nuestro contexto (digamos que lo «descontrolan»), nuestro cuerpo buscará recobrar el equilibrio o homeostasis mediante mecanismos de estrés: liberará aquellas sustancias necesarias para ponernos en alerta y conducirnos a recuperar nuestra tranquilidad.

Cultivando la tolerancia

Albert Ellis sostenía en su teoria que el elemento fundamental que guía nuestro comportamiento y, en definitiva, sus consecuencias, son nuestras creencias.

Y es ese el único elemento que tenemos la capacidad de modificar. Pese a todo el empeño que le pongamos a pretender controlar el contexto, se trata de una batalla perdida de antemano que solo nos puede traer frustración.

Es en la arena de las creencias, donde el combate es mucho más favorable para nosotros.

La incertidumbre, así, deja de ser algo contra lo que luchar para pasar algo que saber gestionar. Cómo afronto aquellas situaciones donde la incertidumbre, la situación con un control limitado, lo desconocido, juegan un papel importante, va a ser la esencia para vivir una vida emocional mucho más saludable.

El método: exposición

Y cómo mejoramos nuestra tolerancia, como modificamos esas creencias que nos llevan a conductas tóxicas: como sucede con muchas de las experiencias negativas limitantes, con exposición.

La exposición en psicología es una terapia que ayuda a las personas a enfrentar y manejar sus miedos o ansiedades, exponiéndolas de manera segura y gradual a las situaciones que los causan. Es un método efectivo para superar fobias u otros comportamientos ansiógenos.

Mucha parte de las técnicas congintivo-conductuales fundamentan gran parte de su eficacia en este concepto y hay mucha literatura y experimentación detrás que sustentan su efectividad.

Mi caso personal

La forma que he tenido durante este mes de lidiar con esa necesidad de controlarlo todo ha sido permitir, de forma relativamente controlada (por irónico que parezca), cierto descontrol.

Eso me ha servido para aprender mediante la experiencia directa a lidiar con lo inesperado, reducir la necesidad de tenerlo todo planeado y aceptar que el contexto es incontrolable.

No siempre ha funcionado y he de reconocer que ha habido momentos en los que la situación ha parecido superarme, pero, como todo en esta vida, el tiempo es la herramienta definitiva para suavizar emociones, tanto las positivas como las negativas. Y el tiempo me ha permitido superar hasta esas situaciones y recoger cierto aprendizaje de ellas.

Creo que es la mejor forma de ir reconfigurando mi cerebro para alejarme de comportamientos controladores y poder flexibilizar mi forma de comprender la vida.

Y tú, ¿cómo lidias con la incertidumbre?

Final del 1Q – Revisando objetivos de 2023

Este enero publiqué un post en el que me marcaba una serie de objetivos para el año 2023. A diferencia de otros años, no voy a dejar pasar esa publicación hasta que, 365 días después, la recupere para evaluar si el año ha ido bien o no.

En su lugar, mi intención es dividir el año en cuartos (o trimestres) y analizar dónde me encuentro para poder redirigir mis esfuerzos adecuadamente.

En este post, quiero compartir contigo mis reflexiones sobre los objetivos que me había propuesto para el primer cuarto (1Q) y los resultados que he obtenido hasta ahora.

Además, voy a planificar nuevas acciones para el segundo trimestre del año, con el fin de continuar avanzando hacia mis objetivos y mejorar mi calidad de vida.

Objetivos anteriores

Lo primero es recuperar de la publicación Propósitos para 2023 la lista de propósitos que me planteé para 2023:

  1. Leer 15 libros (~1/mes)
  2. Publicar 24 posts (2/mes)
  3. Hay 4 series que quiero empezar
  4. 3 Certificaciones.
  5. Deporte y vida sana. 
  6. Latín. 
  7. Proyectos. 
  8. Vida.

Una breve revisión de ellos me hace ver evidentes errores en la lista. Mientras que los objetivos 1, 2, 3 y 4 son medibles y específicos, el resto no son más que una propuesta genérica difícilmente evaluable.

¿Qué significa «Proyectos»? ¿Terminar 3 proyectos? ¿Iniciarlos?

Existe mucha literatura tras la formulación de objetivos. Quizá la más reconocida es la técnica SMART:

Así que, basándome en ella, voy a reformular mis objetivos del año:

  1. Leer 15 libros (~1/mes)
  2. Publicar 24 posts (2/mes)
  3. Hay 4 series que quiero empezar y terminar
  4. Quiero obtener 3 Certificaciones.
  5. Hacer deporte 2 veces a la semana. / Bajar a 80kg.
  6. Terminar el libro de Latín. 
  7. Completar el Proyecto Legendarium. Poner en marcha el Proyecto Alianza Digital.
  8. Viajar a 3 destinos diferentes a lo largo del año.

Los objetivos, de esta forma, son específicos, pueden ser medidos, se trata de objetivos relativamente alcanzables y relevantes y están asociados a un margen temporal.

Evaluación de resultados

Veamos qué tal llevamos el progreso:

  1. Leer 15 libros: 1Q 7/15. 46%
  2. Publicar 24 posts: 1Q 5/24. 21%
  3. Hay 4 series que quiero empezar. 1Q 1/4 . 25%
  4. 3 Certificaciones. 1Q 0/3. 0%
  5. Hacer deporte 2 veces a la semana. / Bajar a 80kg. Al haber redefinido el objetivo, lo evaluaré en el 2Q.
  6. Terminar el libro de Latín. No iniciado.
  7. Completar el Proyecto Legendarium. Poner en marcha el Proyecto Alianza Digital. 1Q Legendarium 20%.
  8. Viajar a 3 destinos diferentes a lo largo del año. 1Q 0/3. 0%

En líneas generales, no voy mal. Cuatro de los ocho objetivos llevan buen ritmo, a pesar de que otros 3 no los he iniciado.

Teniendo en cuenta de que estamos todavía en el primer trimestre del año, puedo permitirme este margen de maniobra. El 2Q es el momento ideal para pegarle un buen empujón a aquellos objetivos que todavía no se han movido o que han avanzado mínimamente durante estos últimos 3 meses.

Planficación para 2Q

Partiendo de la reformulación de los objetivos de 2023, voy a repartir los pesos, en términos de prioridad, para cada uno de ellos, suponiendo que el total de los pesos es 100:

ObjetivoPeso
Leer 15 libros5
Publicar 24 posts10
Serie Mítica 10
Certificación20
Deporte 2 veces por semana10
Latin15
Proyecto Legendarium15
Viajar a 1 destino15
Total100
Reparto de pesos por objetivos de 2023

De esta forma sé que, a partir de ya, debo enfocarme tanto en los últimos 3 objetivos como, sobre todo, en el de obtener alguna certificación interesante.

El proceso de revisión es clave porque permite evaluar a tiempo el rumbo de los acontecimientos y poder modificar aquello que sea necesario con tal de asegurar llegar al destino deseado.

Conclusión

Una de las grandes carencias con las que me he enfrentado a lo largo de mi vida en el terreno de la planificación personal ha sido una mezcla de lo que que contiene esta publicación.

Por un lado, objetivos poco realistas, poco medibles y, por tanto, prácticamente irrealizables.

Por otro, una falta de revisión que permitía que mis avances, bien se estancaran, bien no siguieran un rumbo satisfactorio.

Veremos qué nos depara este segundo trimestre. Volveré a somarme aquí en unos meses y os contaré.

De finales y principios

Son ya muchos los años que llevo acercándome a este pequeño rincón de mi vida, por distintos motivos, para contarle no sé muy bien a quién las idas y venidas de mi existencia.

Acaba 2022 como tantos otros lleno de historias. Muchas de ellas terminarán diluyéndose por intrascendentes en un mar de recuerdos donde solo flotan aquellos que nuestra caprichosa memoria decide escoger.

Sin embargo, las primeras páginas de este 2023 adquieren un cariz especial al ser las últimas de un capítulo de mi vida.

Hoy digo adios a la que ha sido mi segunda casa estos útlimos 9 años y, como en toda despedida, la expectación por lo que está por venir se mezcla con la tristeza que acompaña a la partida. Los adioses son siempre complejos, mas si cabe cuando te despides de lo que ya consideras parte del relato de tu vida.

Nueve años dan para tantas cosas que se me antoja una tarea imposible resumirlas en estas pocas líneas. Pero sí me gustaría recordar, dentro de unos años, cuando vuelva a leer estas palabras, que disfruté de una aventura apasionante, que no dejé de aprender, que me frustré en los fracasos, pero que supe encontrar mi lugar. Y, sobre todo, que a lo largo de todo este tiempo, di con personas increíbles, no solo en lo laboral, sino especialmente en lo personal, que tienen parte de la culpa de que hoy sea quien soy.

Igual a muchos estas palabras les resulten vacías, eculcoradas y predecibles, pero sé que el Sergio del futuro comprenderá muy bien su significado.

Hace tiempo alguien me dijo que hay veces que hay que escribir más para uno mismo que para el resto y hoy es, exactamente, de lo que se trata.

Sin agallas no hay gloria.

Volviendo a los inicios

El próximo 7 de mayo este blog cumplirá 15 años. Es, casi con total seguridad, de los pocos proyectos que han perdurado en mi vida. Lo ha hecho, en parte, gracias a haberse podido adaptar en cada momento.

Si algo he aprendido durante estos últimos 15 años es que la innegable capacidad de adaptacion que tenemos los seres humanos es un herramienta tan increíble como enormemente infrautilizada.

Buscamos encajar nuestra existencia en moldes que hemos ido considerando válidos sin casi reflexionar y en ese esfuerzo de querer ser quienes no somos nos terminamos perdiendo.

Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better.

Samuel Beckett

Si hago el ejercicio de leer lo que escribía allá por 2007 me descubro con esa incansable necesidad de cambiar, sumido en la búsqueda de aquello que creía que me haría más feliz.

Ese es parte del legado envenenado de una cultura que pone el foco en el éxito invidivual consagrándolo como una religión y se olvida por completo de lo colectivo.

Una forma de entender la vida basada en lo que podrías tener, en lo que podrías ser y que desprecia lo que tienes y lo que eres.

Devoras tu presente con el ansia de la promesa de un futuro mejor.

Luchando contra gigantes

Decía Isaac Newton que si había podido llegar más lejos que ningún otro hombre era porque estaba subido a hombros de gigantes.

Yo convertí desde bien pequeño a esos gigantes en enemigos. Sin saber muy bien por qué quise luchar contra ellos en lugar de pedirles ayuda para comprender un poco mejor el mundo. Adopté esa frase tan positivista de hacer del fracaso un aprendizaje hasta el extremo: mi fracaso era siempre la excusa por la que podía volver a intentarlo una vez más.

Aún sin entender nada.

Aún sin saber que, irremediablemente, volvería a caer por jugar un partido perdido de antemano.

Allá por 2007 ya escribía acerca de mis miedos, ya miraba con desconfianza la frustración de no sentirme realizado y la convertía en una enfermedad que iba adueñándose de una buena parte de mi vida.

Quince años después, se dice pronto, todavía guardo algunos de esos hábitos: sigo luchando contra fantasmas que yo mismo creé.

El tiempo y la experiencia

Todo en esta vida termina pasando y, aún así, adelante siempre hay más.

Cuando Beckett instaba a fracasar mejor, lo hacía con el pesimismo de quien considera al fracaso el sustrato de la realidad. La vida es un fracaso aderezado de éxitos puntuales.

Lo interesante de su visión no es tanto su derrotismo como su concepción de una realidad alejada del peaje superficial de nuestra generación.

Cuando nos desembarazamos de la rígida dictadura del éxito, cuando nos liberamos de la necesidad de encajar en esa visión simplista de una vida de catálago es, precisamente, cuando empezamos a vivir.

Felices 15

Globos De Fiesta Amarillos, Rosas Y Azules

Han sido 15 años llenos de historias, de reformular el objetivo de este blog una y otra vez, de escribir sobre todo aquello que me interesaba. Han sido 15 años de tener la oportunidad de contarme a mi mismo cómo es el proceso de crecer, cuál es mi historia de hacerme mayor.

Por eso me gustaría volver a los orígenes de este sitio y recuperar su esencia como espacio donde almacenar la historia de mi vida y así poder seguir contándomela.

Por otros 15 años igual de interesantes.

RE: Comenzar

En mi lista de propósitos anual he descubierto que hay dos grandes categorías de objetivos.

Por un lado están los propósitos temporales, las motivaciones que son flor de un día (o de un año), que nacen de circunstancias puntuales, modas, intereses que vienen y luego terminan yéndose. Estos propósitos duran lo que tarda en llegar el momento de volver a pensar en un nuevo año: ahí las circunstancias han cambiado, las modas pasajeras desaparecen, los intereses se redirigen o, sencillamente, dejan de interesar.

En el otro lado de la lista están los propósitos de siempre. Los que me han acompañado toda la vida y que, a pesar de representar en sí mismos la prueba de que «nunca llegaré a cumplirlos», siguen perpetuándose año tras año.

Entrecomillo lo de nunca llegaré a cumplirlos porque ahí está la clave. No se trata tanto de la cantidad de propósitos, ni siquiera de su dificultad aparente. Aquello que hay detrás de mi fracaso a la hora de cumplirlos es mi percepción de qué significa haberlo hecho, de cómo mido un objetivo cumplido.

En una mentalidad tan acostumbrada a un mundo binario como la mía, cuesta definir situaciones intermedias. Y en una realidad tan alejada de contextos polarizados, tan difícil de parametrizar entre el blanco y el negro, existen pocas cosas que puedan etiquetarse de esta forma.

Es en esa relación de complicado encaje donde mis propósitos anuales tratan de existir. Interviniendo en fechas señaladas, como ahora, para recordarme que no he dejado de querer las mismas cosas: saber más, llevar a cabo aquel proyecto que inicié hace dos años, dedicar más tiempo a lo que me apasiona (si alguna vez existió) y, en definitiva, acercarme algo a ese yo ideal que he tenido siempre en mi cabeza.

Este año volveré a hacer esa lista. Volveré a escribir todas esas cosas que me encantaría hacer y que no he sabido o no he podido terminar. Lo hago más por tradición que por su efectividad, que igual que las listas mágicas para cumplir objetivos o los 5 trucos que te harán más feliz, son una especie de Reyes Magos de la psicología. Existen solo de forma ilusoria en nuestra cabeza.

Lo que he aprendido tras todos estos años de propósitos fallidos es que, en su lento discurrir hacia el fracaso, han ido dejando en la cuneta muchos pequeños éxitos. Logros que pasan desapercibidos eclipsados por ese enorme menhir que son los objetivos estáticos, tan ambiguos, tan difíciles de categorizar. Y en cada uno de esos diminutos pasos hacia adelante, en definitiva, es donde me veo avanzando en el propósito más importante de mi vida: intentar cada año ser un poco más feliz.

35 Veranos

Hoy al despertar todo seguía en el mismo sitio.

Lo de cumplir años parece tener ese halo de trascendencia cuando en realidad no es más que un día de los trescientos sesenta y cinco del año.

Las rutinas de siempre. El paseo matutino con Luna. Al menos ya nos hemos quitado de encima la dichosa ola de calor.

Luna. Hace un año no se me hubiera pasado por la cabeza. Ya ni te cuento hace diez.

Si algo tienen los cumpleaños es que te permiten anclar perspectivas: son pequeñas montañas que tomar como referencia para mirar de donde viene uno. Mi camino, visto desde esta última atalaya, ha tenido un sinfín de giros extraños. Extraños por lo inesperado, pero supongo que de eso se trata vivir tu vida.

Hace diez años cumplía veinticinco y tengo ahora la sensación de que por aquel entonces no sabía casi ni atarme los cordones de los zapatos.

Una psicóloga hace tiempo me preguntó aquello tan tópico de dónde me veía dentro de cinco o diez años. Le contesté que casado y con hijos. No sé si lo hice porque era lo que se esperaba que dijese o porque por aquel entonces seguía escribiendo mi futuro en una cuadrícula.

Aún todavía hoy me descubro queriendo encorsetar mis decisiones en una fotografía que nada tiene que ver conmigo.

Benditos veinticinco años, pienso. Tan vacíos de responsabilidades. Como decía el poeta palentino, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Lo de Jorge Manrique con el tiempo pasado tiene parte de verdad y parte de drama innecesario. La diferencia entre pasado, presente y futuro es más una sensación que una pérdida real.

Cambiamos con el paso de los años. Pero no tanto como creemos, ni tanto como nos gustaría.

Cambiamos porque nuestras circunstancias cambian. No hay cuadrícula que valga.
Te das cuenta en días como este, donde los planes no son los mismos, ni las personas que te acompañan, ni la rutina con la que buscamos controlar nuestro tiempo. Difícilmente hace diez años podría haber imaginado mi vida hoy.

Sacas a pasear a un perro que te dijiste que jamás tendrías, envías a 1500 km de distancia un mensaje que te dijiste que jamás enviarías. Ahora ya no haces planes a cinco o diez años y miras al futuro con menos inocencia, pero quizá con más seguridad en ti mismo.

De eso va lo de cumplir años. No es más que tiempo que pasa. Números en un calendario a los que a veces adjuntas recuerdos.

Y yo voy ya por treinta y cinco veranos.

Mi repaso a este 2016 y mis planes para el 2017

Se agotan las últimas horas de este año y, como viene siendo costumbre, es momento de hacer balance de lo que ha sido este 2016 en líneas generales.

Este año tengo la sensación de que ha pasado volando y que, en poco más de un suspiro, me vuelvo a encontrar frente a la lista de propósitos de año nuevo. Pero, en realidad, como todos los años, 2016 ha sido un año plagado de miles de momentos: algunos buenos, otros quizá no tanto y otros maravillosamente geniales. Al final, la vida se trata de esto: caminamos por un sendero desconocido, en un atardecer sin fin, acompañados por distintas personas. Y a cada paso que damos, nuestros acompañantes, nuestras circunstancias, las piedras en el camino, las sorpresas inesperadas, todo, conforma el resultado de lo que somos hoy. ¿Quién sabe que nuevas aventuras nos traerá el año que comienza? Ahí, creo yo, que radica la verdadera belleza de la vida: lo que está por venir es una película nueva por estrenar.

Y aún así, lo importante se reduce siempre a lo mismo: parar por un instante, mirar a nuestro alrededor, respirar profundamente y saborear los millones de sabores que la vida nos ofrece.

Mis libros

Durante este año me he quedado bastante lejos del objetivo de 30 libros que me había propuesto. Sin embargo, aquí van los 5 mejores libros que me he leído:

  1. El fin de la eternidad – Isaac Asimov
  2. Dune – Frank Herbert
  3. A sangre y fuego – Manuel Chaves Nogales
  4. El enigma de Fermat – Simon Singh
  5. Yo antes de ti – Jojo Moyes

Ganador indiscutible la obra, desconocida para mi, de Isaac Asimov. Fue un auténtico descubrimiento y pasé rápidamente de la sorpresa inicial a un verdadero disfrute al leer la novela. Os la recomendaría un millón de veces más.

Mis películas

También ha habido mucho cine que disfrutar durante este año que termina. En cuanto a cine mis películas favoritas de 2016:

  1. Arrival
  2. La habitación
  3. Star Wars: Rogue One
  4. La gran apuesta
  5. Antes de ti

La llegada (Arrival) ha sido, sin ningún género de dudas, la película de este año. La suma casi perfecta de ciencia ficción, psicología e intriga con un final revienta-cerebros la elevan al número uno de mis favoritas este 2016.

Mis canciones

Aquí voy a hacer un poco de trampa. Ya que mi querido estomagante me lo está pidiendo, aquí van las 5 canciones que más he escuchado este 2016 en Spotify

  1. Esperança – Txarango
  2. Nothihg Left – Kygo
  3. Duele el corazón – Enrique Iglesias feat. Wisin
  4. Music de carrer – Txarango
  5. Roma – Bangkok – Baby K

Creo que muestra casi a la perfección (tal vez cambiaría la 5) lo que este año me ha acompañado como banda sonora. Esperança fue un descubrimiento que, hoy todavía, me arranca una sonrisa al escucharla. «Som un riu que sempre avança».

Lo que espero de 2017

Cuando nos encontramos ante una página en blanco que escribir, muchas veces nos vemos ante dos sensaciones fuertemente enfrentadas: por un lado, un arranque casi visceral que nos empuja a ponernos a escribir sin ni siquiera pensar. Por otro, una amalgama de dudas, que nacen de nuestro interior más profundo, que nos frenan y nos hacen vacilar.

La clave está, como en casi todas las cosas de la vida, en encontrar el punto medio: en pararse durante un instante a reflexionar, pero tampoco demasiado. Que la vida son dos días y más vale usar el corrector que dejar la página sin escribir.

Así, a este 2017 le pido un poco más de lo mismo: que me traiga momentos felices, que los riegue con las sonrisas de la gente que quiero y que me quiere y que las lágrimas que derrame y la tristeza que las acompañe, sean amortiguadas por los abrazos de las personas especiales que han decidido acompañarme. En definitiva, que la vida siga siendo vida y la vivamos y la sintamos nuestra.

Mis propósitos para 2017

Y, para terminar, aquí mi lista de 5 propósitos para este 2017 que empieza:

  1. Ser constante en mis objetivos. Sacar tiempo y dedicación cada día para ir alcanzando todas y cada una de las metas que me he propuesto. Parecerá que no es un objetivo definido, pero créedme, hoy más que nunca tengo claro que este es el más importante de todos.
  2. Leer, escribir, viajar, jugar y reirme. Disfrutar de mi tiempo libre.
  3. Por enésima vez, que el piano sea una fuente de desconexión.
  4. Meditar.
  5. Disfrutar mucho de todas las cosas que estoy haciendo y ponerlas en valor cada vez que consiga dar un paso ahcia adelante.

Por un 2017 plagado de momentos geniales y de sonrisas eternas.

Mi experiencia Konmari

Hace unos días, cosas de pasearse un sábado por la mañana por el centro de Valencia y sus librerías, terminé leyendo el libro de Marie Kondo: La magia del orden.
En él, la escritora/asesora japonesa nos expone su método, el método Konmari, para organizar nuestro entorno.

Su sistema se basa, principalmente, en eliminar todo aquello por lo que no sintamos una verdadera relación de necesidad o de conexión. Aunque pueda parecer un poco alternativa la idea, se trata de un concepto que bien explicado tiene mucho sentido.

Así, Kondo nos propone una interesante idea centrada en el objetivo de reducir al máximo el número de cosas que almacenamos. Junto con otros pequeños trucos de organización, su propuesta fundamental pasa por ordenar todo de una vez, y sólo mantener con nosotros aquellos objetos por los que se nos despierte algo al tenerlos entre las manos.

Qué he aprendido

Pese a lo peculiar del planteamiento, durante estos días de organización global me he dado cuenta de la cantidad increíble de objetos que mantenemos con nosotros excusándonos en el por si acaso o en el me sabe mal tirarlo, está nuevo. Aplicando el método konmari, me he deshecho (y no es coña) de más de 8 bolsas de basura llenas de ropa y de otras tantas de objetos innecesarios y papeleo redundante.

Aprender a eliminar de nuestra vida aquello verdaderamente superfluo, que no aporta nada, y que sólo coge polvo, ha resultado ser una actividad reveladora que me ha permitido aplicarla, no sólo a cosas tan sencillas como la ropa, sino a otros elementos tanto físicos como mentales de carácter más emocional.

Lo positivo del método

  • Fundamentalmente su sencillez. Hablamos de un método que se aplica sin que se requiera nada especial, salvo tiempo.
  • Su universalidad. Vale tanto para la cocina como para el baño. Para nuestra vida en casa como en el trabajo. Para nuestros papeles de estudio como para el correo electrónico.
  • Su vertiente psicológica. Hay un componente fundamental en el proceso que tiene mucho más que ver con nuestra mente que con nuestro entorno físico. Cuando nos decidimos por tirar algo, en algunas ocasiones, liberamos de nuestra mochila vital el peso de ese objeto y su historia. Es un ejercicio de purificación y «reseteo» de la mente muy positivo.
  • El resultado final. Una vez llegamos al punto en el que tenemos todo nuestro alrededor organizado y limpio, nuestra vida, nuestra rutina, recibe un soplo de aire fresco que nos carga de energía positiva desde buena mañana.

Lo negativo del método

  • Se trata de un método costoso. Aunque, aparentemente, parece sencillo, limpiar y organizar toda la casa lleva mucho tiempo y mucha energía. Hablamos de un esfuerzo físico importante que nos dejará exhaustos por varios días.
  • También sufriremos agotamiento mental. Se produce, paralelamente al cansancio físico, un desgaste mental producido por varios aspectos: tenerlo todo desorganizado antes de poder empezar, que el proceso se empiece a eternizar, etc.

Mis recomendaciones

A pesar de que el resultado final es incuestionable y la sensación de estar viviendo en un entorno organizado, limpio y que sigue un criterio claro de orden, es muy positiva; aplicar el Método Konmari cuesta lo suyo. Así que aquí tenéis algunas recomendaciones:
1. Paciencia: es fundamental que os carguéis de paciencia desde el primer día.
2. Todo listo: tened a mano todo lo que vayáis a necesitar, desde los utensilios de limpieza, cajas para organizar, bolsas de basura, etc., hasta el sitio donde ir dejando cada cosa.
3. Youtube: En internet y, especialmente, en Youtube, tenéis miles de vídeos con información acerca de este método, y otros similares, que os van a ser de gran ayuda a la hora de aplicarlo.

Resulta fundamental que se entienda que el verdadero motivo de tener un entorno organizado es que reflejará nuestro interior. Cuanto más limpio, simple y ordenado tengamos nuestra casa, tanto así tendremos nuestra cabecita.

Propósitos para 2016

Esto se acaba.

Otro año más nos deja y con él, escritos en nuestra memoria, miles de recuerdos, millones de momentos, cientos de historias que recordar y que olvidar.

Este 2015 se marcha y es momento, en su último suspiro, de reflexionar con la óptica ventajista que da la retrospectiva acerca de aquello que hicimos bien y también acerca de aquello que hubiéramos hecho de forma distinta. De sentirnos orgullosos de nuestros aciertos y de nuestros errores. De mirar al futuro con la ilusión de lo que está por venir.

Los propósitos de 2015

Como ya hiciera otros años, hoy me toca repasar la lista de cosas que me dije que traería consigo este año y enfrentarme a la realidad.
Un año después:

  1. Sacarme el curso de la Universidad limpio.
    ¡Conseguido! Probablemente una de las cosas de las que más orgulloso me siento.
  2. Obtener el CCDA y el CCDP (Esto ya lo dije para 2013, imagina…)
    Casi conseguido Pues mira que este año se ha cumplido a medias. Me he sacado el CCDP (aunque para obtener la titulación completa necesitaría el CCDA).
  3. Escribir un post al día.
    No conseguido. No sé si ponerme reír o a llorar.
  4. Leer 30 libros.
    No conseguido. No sé si ponerme reír o a llorar. Pero más fuerte.
  5. Meditar 1 vez al día
    No conseguido. No hay manera.
  6. Obtener el Practitioner de PRINCE2
    ¡Conseguido! Una certificación más 🙂
  7. Practicar piano al menos 3 veces por semana.
    No conseguido Y eso que en algunos momentos lo he intentado.
  8. Aprender a dibujar
    No conseguido
  9. Dar forma a los tres proyectos que rondan mi cabecita loca.
    No conseguido
  10. Plantar una flor, que florezca y se mantenga radiante.
    Casi conseguido. Está en proceso.

Así que analizando los resultados así por encima parece que he completado un 30% de mis objetivos para este 2015 lo cual, en realidad, no está nada mal. Junto con ellos, otros objetivos que fueron apareciendo por el camino han terminado siendo una realidad este 2015.

Lo cierto es que si me centro en el objetivo real, el que de verdad me impuse hace ya un año, 2015 ha sido un éxito. Me repetí hasta la saciedad que lo importante era disfrutar del camino, de las personas que decidieran compartirlo conmigo, atesorar esos momentos y aprender con ellos a saborear cada paso, cada giro imprevisto, cada novedad inesperada. En eso puedo estar seguro que he cumplido. Si miro hacia atrás, este 2015 ha traído con él personas geniales que han pasado a formar parte de mi vida, de mi día a día. Personas que se han sumado a otras muchas que ya estaban y sin las cuales yo no sería yo. Todos, los nuevos y los no tan nuevos, son los verdaderos culpables de que el resumen de mi 2015 lo represente una sonrisa que a veces se ha convertido en carcajada.

Lo que espero de este 2016

Como al final esto se trata de plantearme objetivos para el 2016, aprovecharé para dejar escrito cuál es mi principal objetivo para este año que entra. Durante este último año he caído en la cuenta de lo importante que es el tiempo. Aprender a administrarlo dedicándoselo a las cosas, a las personas, a los momentos que de verdad te hacen crecer, que de verdad te hacen sonreír, es mi gran reto para este 2016.

Y por último, pero no menos importante, la lista de 2016, a la que me tendré que enfrentar en un año:

  1. Sacarme segundo de carrera limpio. Ya que estamos, por pedir que no quede.
  2. Leer 30 libros. Si, repito. No voy a plantearme alcanzar los 50 como hacen algunos que tiene más tiempo libre que el presidente del gobierno, pero 30 es una cifra redonda.
  3. Hacer muchas fotos. Tantas que tenga que llenar las paredes de mi casa de recuerdos.
  4. Escribir, crear. Ya me da igual cuantos posts, cuantos podcasts, simplemente quiero hacerlo por el mero hecho de disfrutar de algo que me apasiona.
  5. Meditar. Dicen que a la tercera va la vencida. Este es el año.
  6. Aprender. Aprender mil cosas nuevas: matemáticas, programación, redes, desarrollo, gestión de proyectos…
  7. Crear un laboratorio. Siempre he tenido el deseo de montarme algo en casa para hacer pruebas. Este año lo hago sí o sí.
  8. Mi querido piano. Ahora ya no hay excusa, este año toca tocar, sin parar.
  9. Ese pequeño gran proyecto. Ya no son tres sino uno. Uno que cada día que pasa se va haciendo más grande.
  10. Mantener viva a esa flor. Si 2015 fue el año en el que se plantaron las semillas y comenzaron a germinar, 2016 ha de ser el año en que florezca.

Sólo me queda desearos que este 2016 venga cargado de miles de nuevas historias, cientos de momentos, decenas de nuevas personas con las que seguir dando pasos en este camino sin principio ni final. Entre ellas espero estar yo, disfrutando de cada paso con vosotros.

Porque al final:

Quizá todo es estar juntos sólo un rato; ya sea una noche, un año o toda la vida.