Blog personal de Sergio Madrigal donde encontrar textos sobre ciencia y tecnología, psicología, cine y literatura y quizá alguna cosita más.

Etiqueta: Los Juegos del Hambre (página 1 de 1)

Crítica: En Llamas (Los Juegos del Hambre 2)

Analizar una adaptación es siempre tarea complicada. Resulta complejo tratar de entender hasta que punto el director ha sido capaz de transmitir en la gran pantalla aquello que la imaginación de cada uno proyecta a medida que lees la novela.

La situación es aún más difícil si lo que se adapta es una historia que no ha terminado de convencerte.

img_enllamas1

Como ya dije en su día, la saga de Los Juegos del Hambre es una obra más bien justa. Digamos que pertenece al género comúnmente conocido como «del montón». Se hace amena de leer y quizá lo que la hace particularmente criticable es el hecho de que la idea con la que nace es interesante pero su desarrollo y, sobretodo, su desenlace, son nefastos.

Estas Navidades han traído dos segundas partes, la esperada continuación de «Esa-película-que-se-llama-el-Hobbit», un subproducto parido por Peter Jackson con la única sana intención de llenarse todavía más los bolsillos a costa de los seguidores menos seguidores, y esta «En Llamas», que continúa la historia de Katniss Everdeen tras los hechos acontecidos durante Los 74º Juegos del Hambre. 

En líneas generales y salvando algunos agujeros difícilmente comprensibles en el guión, la adaptación es correcta. Como era de esperar de un libro de 400 páginas escrito en presente y en primera persona. Cuando lo lees sabes que la autora le ha puesto las cosas muy fáciles al posible traslado cinematográfico.

img_enllamas2

Los protagonistas ya me convencieron en la primera edición y mantienen el tono durante esta secuela. Los nuevos personajes, especial mención a Phillip Seymour Hofmann, están a la altura de sus compañeros. La banda sonora, la fotografía y unos escasos pero competentes efectos especiales también contribuyen a dotar a la historia de los componentes necesarios para que resulte entretenida de ver.

Que está claro que hay bodrios peores en cartelera y que estando en estas fechas tan señaladas no es una mala excusa para juntar a la familia en una película que salga un poco del marco de las «3D movies» prefabricadas con las que últimamente nos rellenan los cines. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza si tras ver esta continuación sale con el mismo cuerpo con el que entró y con la sensación de que la curva que traza es descendente.

Porque lo es. La tercera parte es, sin ningún género de dudas, la peor con diferencia. 

Crítica: El lado bueno de las cosas.

Está claro que comedias románticas tenemos a patadas en la historia del cine. «El lado bueno de las cosas» [ Silver Linings ] no aspira a ser más que eso, una entretenida comedia romántica. Pero lo realiza de una forma poco ortodoxa. En una sociedad donde lo normal lo marcan patrones de belleza impuestos desde los departamentos de márketing y donde las líneas rectas sin defectos son las únicas admitidas esta película trata de mostrarnos una realidad bastante diferente: todos tenemos un poco de locura, un poco de imperfección, y eso es lo que nos hace realmente interesantes.

El planteamiento resulta bastante sencillo: loco conoce a loca y pasan cosas. Pero encierra mucho más. Esconde de forma bastante sutil, tras una estupenda actuación de Bradley Cooper, un mensaje sincero: en la superficie no vas a encontrar la felicidad, nunca. La verdadera belleza del ser humano está  en el fondo. O también que estamos todos un poco locos.

Sumémosle la siempre interesante aportación de un obsesivo-compulsivo Robert De Niro y la notable, aunque por lo que he visto duramente criticada, presencia de Jennifer Lawrence (Los Juegos del Hambre), con esa mirada la pueden seguir criticando eternamente que yo la seguiré yendo a ver, y tenemos como resultado una entretenida comida de locos y de amor, o de locuras de amor, pero que nos aporta dosis de realidad que hacía tiempo que no veía en las edulcoradas versiones infumables del chico conoce a chica y se enamoran que nos llegan del otro lado del Atlántico. Esta por lo menos es más creíble. Más digerible.

Luego ya podemos discutir si el final mantiene la brillantez que asoma en muchos momentos de la película pero sería obviar buena parte del producto.

En muchas ocasiones he mantenido que una parte importante de una película, de un libro, de una pieza de arte en general es el sabor. Esa sensación con la que nos quedamos una vez la terminamos. Con «El lado bueno de las cosas» el sabor es, esencialmente,  ese. En este mundo que a veces nos resulta tan complicado el que aprende a saborear el lado bueno de las cosas es el que termina siendo verdaderamente feliz.

Nota: 7/10

Reseña: Los Juegos del Hambre

Basada en la novela homónima (The Hunger Games) de la escritora Suzanne Collins, el pasado 20 de abril se estrenó la adaptación cinematográfica de esta historia de ciencia ficción futurista.

Dirigida con mucho acierto por Gary Ross, Los Juegos del Hambre nos narra la historia de Katniss Everdeen, una joven habitante del Distrito 12.

Nos encontramos sumidos en una ficticia Norteamérica dividida en 12 Distritos controlados por la metrópolis: el Capitolio, 74 años después de aplacar las violentas rebeliones en contra suya. El gobierno  instaura durante la temporada anual de la “Cosecha” los denominados Juegos del Hambre con el propósito de recordar a los habitantes de los Distritos quién ostenta el poder y mandar un mensaje claro de que no volverá a tolerar ningún tipo de insumisión.

En estos Juegos se escoge a un chico y a una chica de entre 12 y 18 años de cada Distrito y se les hace enfrentarse a todos ellos en un duelo a muerte donde sólo uno de ellos sobrevivirá.

Jennifer Lawrence es la actriz encargada de dar vida a la protagonista de esta historia y, junto con Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, forma el elenco de jóvenes actores de esta primera parte de la trilogía.

Detrás de esta historia podemos entrever una velada crítica a la actual sociedad de consumo. Una sociedad donde el dinero, la publicidad y la opulencia del denominado Primer Mundo esconden las miserias de aquellos que por desgracia les ha tocado vivir en zonas con menor capacidad económica.

Valores como la moral, el sacrificio, el compañerismo y el amor son los pilares sobre los que la historia va desarrollándose. Sin demasiadas pretensiones ni giros argumentales extraños, Los Juegos del Hambre se presenta ante el espectador como una historia sencilla, con un mensaje importante en los tiempos que corren, y con un hilo conductor que engancha durante todo el largometraje.

Así pues, tanto la novela como la película son dos opciones de disfrutar de esta interesante historia de un futuro ficticio, que quizá no lo sea tanto.

Bienvenidos, por tanto, a los septuagésimo cuartos Juegos del Hambre.

Y que la suerte esté de vuestro lado.