Quedarse maravillado por el esplendor que un día llegó a alcanzar Egipto como una de las Civilizaciones más grandes de la Humanidad no es algo nuevo para mi.

Christian Jacq comienza con El Hijo de la Luz su detallado periplo a lo largo de la vida y obra del gran faraón Ramses II, hijo de Seti I y conocido como Ramses “El Grande”.

Sin lugar a dudas Ramses II es un personaje histórico al que le rodea tal cantidad de mistiscismo que cualquier obra que trate sobre él tiene un atractivo especial.

El Hijo de la Luz es una novela donde Jacq nos pone en situación: Ramses es el segundo hijo del faraón Seti, figura imponente que ha gobernado con férrea discilplina el destino de las “Dos Tierras” bajo la Ley de Maat. Chenar, su hermano mayor, es el heredero al trono. Sin embargo, el faraón Seti, que ve en Ramses a aquel que debe sucederle y convertirse en el pastor de Egipto, lo designa como Regente.

A partir de ese momento las intrigas en palacio se sucederán. Ramses deberá luchar contra sí mismo y sus miedos y contra todos aquellos que quieren verle caer. Entender y aceptar su destino será el primer paso que deba dar para poder salvar su destino y su vida.

Christian Jacq logra atraer al lector a un mundo histórico entremezclando en su novela los ingredientes necesarios como para mantener la atención en todo momento. El argumento combina la historia, la tradición y costumbres de la época, las relaciones humanas, la búsqueda de la verdad y el amor.

Se trata de un comienzo prometedor para esta pentalogía sobre el Rey de Reyes del Antiguo Egipto.

 

Nota: 8/10