Blog personal de Sergio Madrigal donde encontrar textos sobre ciencia y tecnología, psicología, cine y literatura y quizá alguna cosita más.

Categoría: Series (página 2 de 4)

Crítica: Breaking Bad

Sólo entiendes lo grande que es una serie cuando empiezas a sentir el vacío que te deja cuando la terminas.

Con Breaking Bad el enamoramiento se produce como debe ser: despacito y sin prisas.

Porque su primera temporada es como el encuentro entre dos desconocidos. Tibio, nervioso. A veces incluso lento. Los futuros enamorados, ahora sólo conocidos, van entendiendo quién es quién, y van profundizando en el ardua tarea de comprender al otro.

Ahí conoces a Walter White, el arquetipo de perdedor. Un genio incomprendido que malgasta sus días dando clases de Química en un instituto hasta que la vida decide empujarle a cambiar, o a morir.

Porque de eso se trata, de como dijera en su genial discurso en Stanford Steve Jobs: «Recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder».

Y así, nuestro querido y afable Walt, el papá Walt, el cuñado Walt, el perdedor, decide que no le queda ya nada por perder y si mucho por ganar.

A partir de ahí comienza la mejor evolución de un personaje que he visto jamás. De Walt, el profesor Walter White, Mr. White a Heisenberg. Todo un Jekyll y Mr. Hyde. La realidad de una persona que se oculta detrás de capas y capas de rutina y vida precocinada.

La serie es un grito sordo de alguien que se sabe capaz de cambiar el mundo pero que siente como el mundo le ha dado espalda.

En el camino somos los espectadores los que disfrutamos de esa evolución perfecta. De ese despertar de una bestia contenida durante años frente a una pizarra y un lavadero de coches. Y va creciendo y creciendo hasta que llegamos al episodio sexto de la cuarta temporada. En ese momento sencillamente ves una escena que sabes que pasará a la historia de las series.

Entonces lo sientes, te percatas por fin (si no lo habías hecho antes) de la realidad, de que todo empieza y termina en Walter White, el profesor convertido en químico, el químico convertido en deidad todopoderosa. Y comienza a nacer la duda, muy dentro tuya, de que quizá no te guste, tal vez no sea tan bueno, tal vez no deberías quererlo tanto.

Walter White, Heisenberg. Es una figura tan grande, tan grandiosa, tan terriblemente completa y compleja que muchas veces oscurece al otro enorme protagonista de la historia: Jesse Pinkman.

El inútil, el prescindible. Un peón que no lo es. Capaz de lo mejor y de lo peor y que termina por ser una contradicción: lo odias pero lo amas, lo amas pero quieres que muera, o que no muera. Nunca lo terminas de saber. Él también sufre una profunda metamorfosis, pero más previsible, más comprensible. Saca de sus entrañas la moralidad que nunca debió perder. Es el yang de Heisenberg.

La historia, su argumento, sus entresijos, su cambios, Saul Goodman, Hank Schreader, su música. Son tantísimas cosas y tan buenas que no quiero aburrir listándolas todas.

Sólo diré que esta es de las series a las que no me cuesta nada darles un 10.

Y añadiré que pese a todo, después de sus cinco temporadas y de conocer al verdadero Walter White, al terrible Heisenberg, citaré una de esas frases sobre la amistad:

«Un amigo de verdad es aquel que conoce todos tus defectos y a pesar de ello te quiere».

Yo, Walter White, querido amigo, te lo perdono todo.

Nota: 10/10

Primera Impresión: Suisei No Gargantia

Lo cierto es que últimamente me ha dado por buscar alguna serie anime que merezca la pena tras el «coitus interruptus» que supuso el final de la esperemos primera temporada de Shingeki No Kyojin – Ataque a los Titanes.

Y eso que rastreando la red fui a parar a un Shonen bastante extraño a priori: Suisei No Gargantia.

En un principio parecía un anime más de Mechas (robots gigantes) luchando por la supervivencia de la humanidad contra alienígenas. Algo tan visto en este mundo que se torna algo soporífero. Nunca he sido fan de ese tipo de series porque las considero ampliamente superadas después de tantos años de revisiones y actualizaciones.

No obstante, Suisei No Gargantia poco o nada parece tener que ver con las características propias de este tipo de animes.

Ya en el primer episodio el argumento realiza un giro interesante y nos posiciona en una perdida Tierra donde la Alianza de la Humanidad no ha vuelto a poner un pie desde hace siglos. Una Tierra perdida, como en las novelas de Asimov, que forma parte de las leyendas de la Alianza. Sumergida en agua a causa del deshielo de los polos en la que los seres humanos sobreviven sobre grandes plataformas marítimas.

Se presenta además, la lucha moral y ética entre una estructura política puramente militar y enfocada exclusivamente a la guerra contra los Hideazu (los monstruos alienígenas) por parte de esta Alianza de planetas contra una organización más acorde con nuestros actuales tiempos, cercana a un sistema democrático, donde la gente disfruta y exprime la vida.

Los primeros 5 capítulos siguen un ritmo interesante, con una historia que va ganando fuerza y unos personajes que pintan cada vez mejor.

Sin lugar a dudas una opción a tener en cuenta.

5 razones por las que leer Juego de Tronos antes de ver la serie

Es una realidad que la serie televisiva Juego de Tronos (Game of Thrones) se ha convertido en todo un fenómeno de masas alcanzando cuotas de pantalla impresionantes y llevándola a copar todas las listas y premios audiovisuales.

No obstante, tras haber visto las dos primeras temporadas y haber comenzado la tercera, mi impresión es que es un requisito casi indispensable para saborear bien la historia de Poniente el leerse primero los libros:

1. Profundidad de los personajes. La historia congrega una cantidad inmensa de personajes que se van interrelacionando entre sí a medida que el argumento se desarrolla. Pese a que se trata de un formato televisivo en el que contamos con episodios de casi una hora de duración, lamentablemente no es suficiente como para ahondar en todos y cada uno de los matices que George R.R. Martin ha sido capaz de trasladar en las novelas.

2. Imaginación. La televisión y el cine son un medio fabuloso pero limitante. Con la palabra escrita somos nosotros los que damos rienda suelta a nuestra mente y somos capaces de imaginarnos inmensos palacios rodeados de suntuosos paisajes exóticos. Pese a la bellísima factura fotográfica que presenta la serie televisiva, todavía queda lejos de alcanzar nuestra capacidad imaginativa.

3. Historia atropellada. En un argumento de corte histórico-fantástico hay algo que se hace fundamental desde mi punto de vista: la pausa. Las cosas, cuando se cuentan, cuando se leen, van sucediendo poco a poco, y de esta manera tejen una tupida tela en la que nos sumergimos. Esa pausa no existe en la adaptación. Todo sucede rápido, las elipsis temporales entre capítulos a veces son desconcertantes y los misterios y el suspense son prácticamente inexistentes.

4. Cambios en el guión. Es inevitable, pese a contar con el apoyo del propio escritor, que la historia varíe, sufra modificaciones para poder adaptarse a un medio distinto con lo que esto conlleva. Esto puede parecer poco importante pero en algunos momentos se pierde parte de la magia de la historia al eliminar o modificar pasajes escritos.

5. Entender Canción de Hielo y Fuego. Si empezamos a conocer la historia de Poniente a partir de los libros y luego la complementamos con la serie podemos alcanzar una visión global muy interesante de todo este mundo de fantasía ideado por Martin.

Todo esto no busca en absoluto desmerecer la adaptación televisiva que es, sin ningún género de dudas, una de las mejores, por no decir la mejor, de la historia de la televisión. Se trata más bien de recomendar lo que siempre se ha dicho: primero el libro, luego la película. Con Canción de Hielo y Fuego, es indispensable.

Esto es anime: Fullmetal Alchemist Brotherhood

Cuando en una sociedad occidental se habla de anime existen, por lo general, dos prejuicios muy extendidos. El primero mantiene el siguiente razonamiento: son dibujos, los dibujos son para niños, el anime es de niños. El segundo, quizá incluso más extendido es: es algo raro que viene de Japón, todo lo que huele a japonés es de frikis, el anime es de frikis.

Fullmetal Alchemist Brotherhood es anime, pero, más allá de eso, es una obra de arte. Una verdadera joya argumental y artística.

Ambientada en un mundo alternativo con una sociedad similar a la de finales del siglo XIX y principios del XX donde existe un poder sobrenatural denominado alquimia que permite la transmutación. Fullmetal Alchemist narra la historia de dos hermanos, Edward y Alphonse Elric y de su intento de encontrar la piedra filosofal.

Se produjo una primera adaptación del manga original creado por Hiromu Arakawa, conocida como Fullmetal Alchemist [2003] que si bien es realmente interesante, presenta una deriva argumental alrededor de la mitad de la misma que hace que no coincida con el manga. Precisamente fue este uno de las razones que motivó la creación de una nueva adaptación, esta vez mucho más fiel al original: Fullmetal Alchemist Brotherhood [2009].

Entrando un poco en materia y hablando propiamente de ésta última, nos encontramos ante una serie de 64 capítulos en los que se hilvanan de forma milimétrica un cuidado argumento que gira entorno a la búsqueda de la verdad y los pecados de los seres humanos. Es complicado sacar algo más sin romper alguno de los detalles que esconde la serie, algo que sería verdaderamente imperdonable.

Argumento impecable, producción superior.

La mayoría de producciones de animación japonesas, tanto películas como series, se caracterizan por algo: la calidad. Fullmetal Alchemist Brotherhood supera la media. Cada uno de los 64 capítulos muestran una perfecta consonancia entre dibujo, banda sonora e historia.

Por sacar algún pero podría decirse que la última fase de la serie, tal vez los últimos 15 capítulos, adolecen de alguna que otra falta de ritmo en momentos puntuales. Pero esto también puede explicarse si entendemos el ansia que llega a sentir uno por conocer más sobre el desenlace de su historia.

No es sencillo valorar algo que difícilmente tiene comparación. Reconozco que mi bagaje en el mundo del anime es más bien limitado pero estamos hablando de una serie que está situada en la mayoría de tops de anime codeándose con producciones de la talla de Elfen Lied, Death Note, One Piece o Cowboy Bebop.

Y volviendo al inicio, respecto a esos dos prejuicios tan extendidos: queda bastante claro que el anime no se trata de algo dirigido exclusivamente al público infantil por un lado. Por otro, si somos capaces de saltar esa extraña barrera que nos produce rechazo a algo por ser distinto, nos encontraremos ante un mundo de alternativas verdaderamente espectaculares.

Leía hace poco por internet:

«Fullmetal Alchemist Brotherhood ha sido la única serie que me ha hecho reir hasta doler, llorar hasta no poder más y un abanico enorme de emociones más, durante el tiempo que dura un episodio».

Supongo que eso lo resume bastante bien.

Obligatorio verla al menos una vez en la vida.

Os dejo con un par de sus maravillas musicales:

http://www.youtube.com/watch?v=qJ3n55Y2hsk

Adios a Spartacus

blog_spartacus

El fin de semana pasado Starz emitía el último capítulo de la serie Spartacus: Sangre y Arena, la controvertida recreación histórica de la vida del esclavo romano Espartaco y sus guerras contra la República de Roma.

Digo controvertida porque en un afán de realizar un acercamiento a la cruda realidad de la civilización de la época la serie adolece de un exceso de sangre y escenas de alto contenido erótico que la hacen alejarse de un público más general. Y tal vez esta forma de hacer diferentes las cosas es lo que ha hecho que se convierta en una serie especial.

Capaz de sobrevivir a la enfermedad y posterior muerte de su actor protagonista: Andy Whitfield (39 años), mantuvo unos índices de audiencia más que aceptables y fue, en el periodo de convalecencia de Andy, capaz de desarrollar una interesante precuela: Spartacus, Dioses de la Arena.  En ésta el papel protagonista recaía en la figura de Gannicus, uno de los más fieles compañeros de Espartaco en su cruzada contra la esclavitud romana.

En su conjunto la serie es una interesante mezcla de excesos con contenido histórico en la que en algunos momentos te sientes sumergido en la desagradable realidad de una sociedad como la romana previa al Imperio de César. La decadencia, la codicia, el desprecio por la vida humana, los anhelos de los desfavorecidos y el poder casi ilimitado de la casta política, son los ingredientes sobre los que se entretejen las historias personales de los grandes personajes de Spartacus, Sangre y Arena.

En otros momentos, sin embargo, la reiteración de planos realizados con CGI y el abuso de cámara lenta, heredado de la maravillosa 300 de Zack Snyder, terminan por marearte y sacarte de lleno del contexto en el que se desarrolla la historia.

Las primeras dos temporadas te acercan bastante más a la realidad de la Roma (o la Capúa en este caso) de aquellos tiempos y se hacen interesantes gracias a su ritmo e historias secundarias mientras que la tercera y última se trata más bien de un intento, notable pero justito, de darle un final decente a la serie.

El vacío, eso sí, que deja en mis fines de semana, es complicado que lo llene alguna de las actuales producciones en la parrilla.

There is no greater victory than to fall from this world as a free man.

One day Rome shall fade and crumble, yet you shall always be rembemered.

¿Por qué me gusta… Gossip Girl?

Entiendo que existe cierta resistencia a ver series que distan mucho de los círculos de gustos por los que generalmente uno se mueve. Sin embargo, la eclosión de series de todo tipo de temática en Estados Unidos nos permite estar un día inmersos en la lucha por conquistar un reino olvidado en un mundo de fantasía para luego al día siguiente conocer las aventuras y desventuras de la clase pudiente de un barrio rico de Nueva York.

Precisamente esta última es la premisa sobre la que se asienta Gossip Girl. Y durante las 5 temporadas que lleva en antena se ha esforzado especialmente bien en conseguirlo. Heredera de otras series de corte adolescente como One Tree Hill, 90210 o Dawson Crece, Gossip Girl nos presenta a unos jóvenes ricachones y sus problemas con su “difícil” día a día. Relaciones amorosas, traición, lucha de poder, dinero, estafa… un mundo que aparece como idílico en un principio pero que nos muestra sus miserias capítulo a capítulo.

No es una serie con altas pretensiones y no busca hacerte reflexionar sobre el sentido de la vida, sino más bien evadirte de todo durante un rato con las idas y venidas amorosas de sus personajes. Y en realidad, logra que los termines queriendo.

No me cabe duda de que no pasará a la historia como la mejor serie jamás realizada, sin embargo, bien puede estar en tu lista de series que ver cuando no tienes nada mejor que hacer.

Ya sabes, todo cotilleo nos vale…

XOXO Gossip Girl

Vuelve Juego de Tronos

Una de las series más esperadas para este 2012 es, sin ningún género de dudas, la segunda temporada de Juego de Tronos, adaptación de la saga literaria «Canción de Hielo y Fuego» de George R.R. Martin.

La primera temporada fue capaz de agradar a fanáticos de la saga y a la gente que no la conocía y, precisamente en una serie de este tipo es algo digno de analizar.

Los ávidos lectores de la saga son los primeros en sacarle fallos a una adaptación. En parte debido a que lo que ven, a veces, difiere en exceso de cómo se lo han imaginado mientras lo leían. En otros casos la versión cinematográfica requiere unas licencias que se desvían de la historia de la novela. En Juego de Tronos esto, en general, no ha sucedido: los fans están encantadísimos de cómo ha sido adaptada y en esto tiene mucho que ver que en el proyecto esté involucrado activamente el escritor.

Los que desconocen la serie tienen la difícil tarea de entender una saga plagada de relaciones, nombres, lugares, etc. Un mundo completamente nuevo. Y todo esto sin perder el hilo de la acción y sin llegar a abrumarse ni a aburrirse. Y en este caso, de nuevo, lo han conseguido: la serie ha sido capaz de llegar al público en general y alcanzar unos más que destacables índices de audiencia.

Qué nos espera en la segunda temporada

Choque de Reyes, título de la segunda parte de Canción de Hielo y Fuego se asienta sobre las bases construidas en Juego de Tronos, la primera parte, y consigue desarrollar en profundidad las relaciones existentes entre todos los personajes. Batallas, traiciones, amor y muerte. Ingredientes que, mezclados en un caldero medieval con unas pequeñas gotas de una magia antigua desconocida, van a convertir, sin duda, a Juego de Tronos Season 2 en otro auténtico exitazo.

April is coming! 

Qué falla en Miso

Para los que todavía no lo sepáis, Miso es una aplicación online que te permite hacer una especie de «check-in» de las series que estás viendo. La idea en sí se aproxima bastante al concepto de «Social» que tanto están cogiendo muchas aplicaciones en la nube.

Sin embargo, pese a que la idea inicial es interesante y divertida, la base de datos la construyen los propios usuarios y la comunicación con Twitter y Facebook es perfecta, adolece de un problema de base que si no lo solucionan pronto probablemente provocará que la idea se extinga.

Al menos desde mi punto de vista, en lo que a series se refiere, la aplicación tendría un potencial increíble si existiera alguna forma de llevar un seguimiento de las series que ves y de que te avisaran de que hay disponible un capítulo nuevo.

Todo el sistema ahora mismo se reduce a hacer check-in y ganar «puntos» por hacerlo. No existe una utilidad real.

¿Y vosotros, qué herramientas usáis para llevar un seguimiento de las series que veis?

Enlace | www.gomiso.com

Los pilares de la Tierra: primeras impresiones.

Está claro que adaptar una novela ambientada en la Edad Media no es tarea sencilla.

He leído por la blogosfera un sinfín de críticas a la adaptación para televisión de la obra de Ken Follet, Los pilares de la Tierra.

Ayer tuve la oportunidad de ver el primero de los episodios de esta miniserie y la sensación al terminarlo fue de estar viendo una adaptación más que correcta.

Es probable que influya el hecho de que leí la novela hace ya unos años y que posteriormente leí la secuela: Un mundo sin fin. El caso es que la serie ha conseguido devolverme a la atmósfera del libro y me ha recordado, en parte, la profundidad de algunos de los personajes.

Es cierto que el hilo narrativo de la serie no se asemeja demasiado al del libro y que la fotografía no es todo lo buena que debería ser para una obra de estas características, pero no nos pongamos demasiado finos, que en tierras españolas nos llegan «Hispania» y «En Tierra de Lobos». Y por lo visto en las promociones, dan miedo.

De nuevo os animo a leer el libro y, en la medida de lo posible, ver esta estupenda serie. Un verdadero placer para los amantes de la Edad Media.

¡Vuelve Futurama!

Si finalmente se confirma los fanáticos de las creaciones de Matt Groening estamos de enhorabuena.

Al parecer, según informan desde esta página web (actualmente caída), Comedy Central ha solicitado la producción de 13 nuevos epiosidos de la genial serie de animación protagonizada por el criogenizado Fry y el robot-macarra Bender.

Confiemos en que sea más que un rumor y que pronto podamos disfrutar de nuevo de estas aventuras y de frases tan míticas como: «muerte por kiki» o «puedes besar mi brillante culo metálico».

Vía | Menéame.net