Este pasado fin de semana tuve la oportunidad de disfrutar de una estupenda velada en el restaurante japonés Kamon. Llamamos para reservar el mismo sábado por la tarde y tuvimos la suerte de tener mesa en el primer turno (por lo general recomiendan reservar con 3 o 4 días de antelación).

Local

El local, situado en la Calle Conde Altea, 32, proporciona el entorno ideal para sumergirte en la cocina japonesa. Una decoración cuidada y un ambiente relajado con buena música de fondo nos acompañaron durante toda la cena. La mezcla entre vanguardia y tradición está presente en la distribución: grandes murales de estilo japonés contrastan con un mobiliario moderno. Además ves a los cocineros trabajando in situ en la barra.

Carta

La primera sorpresa nos la encontramos en la carta. El precio del lugar está muy por debajo de lo que uno espera por su situación y el tipo de cocina.

Lo interesante de la carta (más allá del mencionado precio) es que siguiendo con esa idea de mezclar modernidad y tradición, ofrecen platos en los que se refleja esta mezcla. Además te ofrecen una serie de platos fuera de carta muy interesantes.

Nosotros decidimos pedir:

  • Usuzukuri de pez manteiquilla con pasta de trufa y foie
  • Tempura de verduras y langostinos
  • Maki Doble Tuna
  • Nigiri de atún con wasabi fresco y tomate confitado con aceite de carbón

Todo un éxito de principio a fin. En especial el Maki Doble Tuna que supuso una auténtica sorpresa para mi.

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Atención

Otro de los aspectos importantes de la experiencia en Kamon es la atención. De principio a fin excelente. Cuidando los detalles y tratando de proporcionar un servicio a la altura del nivel culinario que ofrecen. El trato fue exquisito y salí del local con la sensación de que había descubierto una joya en pleno centro de Valencia y que, sin ningún género de dudas, volvería.

Valoración

En resumen podréis ver que la experiencia en Kamon ha sido muy grata y que la relación calidad-precio que pudimos tener es de las mejores que recuerdo. Sin lugar a dudas para alguien neófito como yo en la cocina japonesa ha sido una auténtica revelación.