El pasado domingo, a las 17.00 de la tarde jugaron en el Santiago Bernabéu  el Real Madrid frente al Atlético Osasuna.

Un partido complicado por el rival, pues el Osasuna siempre ha tenido fama de correoso y trabajador y, siendo colista, se presentaba en el estado madridista con la necesidad imperiosa de puntuar.

El partido se desenvolvía con cierta normalidad hasta que finalizando la primera parte, Juanfran se interna en el área y Gago lo derriba.

El penalty en la repetición no es del todo claro pero es pitable. El árbitro decide amonestar a Juanfran por simular la caída.

Hasta ahí, partamos de que esto sucede en  los campos de fútbol casi cada semana.

Durante la segunda parte el Madrid remonta y se pone por delante en el partido. De nuevo, en una galopada de Juanfran, es derribado esta vez por Pepe en lo que es a todas luces un penalty claro.

Pérez Burrull, el árbitro del partido, comete un grave error al interpretar que no hay pena máxima y amonestar (expulsando por doble tarjeta amarilla) a Juanfran.

Esto es, sencillamente, lo que sucedió ayer domingo en el Bernabéu.

Lo que ha venido después es un puto puñetero circo. Se ve que ahora  sólo al Madrid le benefician los árbitros, al Sr. Pérez Burrull le sancionan inhabilitandolo durante 1 mes, se habla de atraco a mano armada, todos los periódicos (catalanes, madrileños…) hablan de la vergüenza del arbitraje. Y he aquí que es cuando me paro y me pregunto.

¿Será entonces que al FC. Barcelona, líder indiscutible, monumento del fútbol, imagen por la que muchos culés se dedican a tareas onanistas pensando en la lacio cabello de Messi…, no ha visto beneficiada su progresión por errores arbitrales?

¿Ni el Valencia C.F. tampoco verdad?

Por eso me he propuesto comentaros aquí cada vez que el poderoso F.C. Barcelona tenga alguna «ventaja» arbitral.

Porque asumo que con el doble rasero que se mide en prensa a los equipos, sólo aparecerá mencionado levemente en la esquina de alguno de los cutre diarios deportivos que dicen ser madridistas.

Mientras, a tragarnos portaditas y portaditas con los títulos más sensacionalistas y amarillos que puedan exisitir.