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El adiós del mito

Decía George Bernard Shaw que en la vida existen dos grandes tragedias: una es no lograr aquello que el corazón ansía; la otra es alcanzarlo.

Maradona murió ayer.

Para entender la trascendencia de la figura basta con escuchar el eco que ha dejado su marcha.

Cuenta Valdano en su preciosa elegía que hay algo perverso en una vida que te cumple todos los sueños. Maradona es el epítome pluscuamperfecto de esa enfermedad que aqueja nuestro tiempo, ese éxito empaquetado y vendido a precio de saldo para que todos podamos consumir un poco de él y seguir con nuestras vidas.

Yo nací tarde, con un Maradona consagrado en el olimpo futbolístico, demasiado pequeño para comprender su grandeza, para disfrutar de su ascenso a los cielos en aquella memorable recorrida histórica entre ingleses. Al tren del fútbol me subirían mucho más tarde otros magos de la pelota.

Pero en mi memoria el genio argentino tiene su hueco de la mano del elogio de mi padre cada vez que hemos hablado de él: «nunca habrá un jugador igual», me repite. Y, con el tiempo, me lo he terminado por creer. Porque a un padre no se le discute casi nada, y menos en términos futbolísticos y porque Maradona ha sido capaz de mantenerse como dios incontestable entre ídolos de barro. Pese a su caída en desgracia. A pesar de ese descenso a los infiernos de quien comete el terrible error de cumplir su único sueño en un mundo donde la verdadera felicidad está proscrita. La tragedia de su vida se resume en ese partido contra Inglaterra: él nunca quiso ser Dios, sino un simple mortal, villano y héroe, pero extraordinario.

Maradona ha sido el paladín de los últimos resquicios de un fútbol romántico que hoy se ahoga entre patrocinios y publicaciones de Instagram. El último gran héroe de la pasión desmedida por la pelota que trascendió la cancha para entrar en todas las historias personales de quienes vivieron su tiempo.

De ahí que el eco de su despedida resuene fuerte en los pechos de millones de personas: de las que lo disfrutaron y hoy rememoran sus propias historias enlazadas por siempre con aquel gol o aquella gambeta imposible, pero también de las que lo conocimos de oídas, sentados en el sofá mientras un padre orgulloso nos describía su manera irrepetible de llevar la pelota pegada al pie.

Ni tan mal

Hay algo que es intrínseco en la inmensa mayoría de culturas: desde el Hércules griego hasta el Jesucristo cristiano y es el concepto de héroe. En la iconografía cultural que hemos ido construyendo a lo largo de los siglos, la figura del héroe ha sido imprescindible para erigir un relato en el que nos pudiéramos sentir identificados.

Los romanos tenían a sus gladiadores y sus grandes generales en la guerra. Y ese circo que se alimentaba de leyendas engrosadas a través del boca a boca ha ido evolucionando, tres mil años mediante, hasta llegar a nuestros días disfrazado de deportistas en pantalón corto dirimiendo la eterna disputa humana entre patadas a un balón.

Resulta curioso, no obstante, observar que hasta la misma concepción de héroe ha ido dejándose influenciar por los vaivenes de una sociedad cada vez más lanzada al voraz consumo de todo lo consumible. Y lo que ha sucedido en contextos tan diversos como nuestros hábitos alimenticios o la forma de escuchar música, ha terminado calando también el mundo del fútbol.

Lejos quedan los héroes eternos que brillan como esculturas estáticas de un pasado mejor. Lejos los Pelé, Maradona, Cruyff o Di Stéfano. Personajes cuyo nombre llena las bocas y los pechos de los entendidos del fútbol, como si saborearan con nostalgia una cucharada de ese caldo de la abuela que dejaron de probar, si acaso lo probaron, hace demasiados años. Los héroes de hoy se consumen en el día y, si no terminan de gustar, se desechan hasta la próxima comilona. Los engullimos sin saborear.

Etiquetamos a cualquier pobre diablo que despunte mínimamente como “el nuevo…” con el hambre feroz del que quiere volver a tener el gusto de escuchar por primera vez, y en directo, al joven Mozart.

Queremos ser los primeros en descubrir a los Beatles. Pero no a los Beatles de sus inicios, titubeantes, sino que los queremos ya con el incesante griterío de sus enloquecidos fans.

Necesitamos héroes porque los consumimos con una celeridad pasmosa.

Recuerdo a mi abuelo hablar de don Alfredo Di Stéfano con una mezcla de admiración y respeto casi religioso. Mi padre sigue recordando La Quinta del Buitre con la mística que sólo las leyendas traen consigo cuando las cuentas. “Cuando cogía el balón el Buitre…” Y sin embargo, no niegan el reconocimiento a los otros grandes del fútbol. “Lo de Maradona era de otro mundo…”, “Ver jugar a Cruyff era ver fútbol del de verdad.”

Quizá, y digo quizá porque me cuesta recordarlo de esa forma, Zidane fue para mí ese jugador-dios. Y no reniego, en cambio, de la figura de grandes como Ronaldo Nazario o Ronaldinho.

En la actualidad, en cambio, estamos viviendo una situación casi paranormal, en la que dos figuras del futbol total, que en casi cualquier otra época habrían sido considerados dioses para la historia, pugnan en un debate con poco de fútbol y mucho de todo lo demás, por convertirse en ese concepto ambiguo y subjetivo de ser “el mejor jugador del mundo”.

Dos jugadores que no tienen casi nada que ver, más allá de su idilio con el gol, con los títulos y con la esencia propia del mismo fútbol.

No me leeréis, pese a mi evidente madridismo, decir que Cristiano Ronaldo es mejor que Messi. Pero me resulta casi grotesco escuchar a muchos hablar del “mejor jugador de la historia” cuando se refieren al argentino.

Necesitamos construir ese relato del dios absoluto. Del Héroe total. Porque la sociedad ahora busca el consumo king-size. El más grande. El mejor.

Muchos de esos, hace unos días cambiaron su discurso, tras el batacazo del Barça ante la Roma en Liga de Campeones, y rebajaron un peldaño al Zeus del fútbol. Pasó a ser “uno de los mejores de la historia”.

Esa fugacidad en la evaluación, ese oportunismo en el elogio, ese sesgo cuando uno mira el fútbol lejos de la emoción, cegado por debates estériles entre Madrid y Barça, entre Europa y América, entre estilos de fútbol, seguidos de análisis concienzudos que pretenden cuantificar lo incuantificable… Eso es lo que está matando al fútbol de verdad.

El fútbol es pasión, y la pasión la despierta quien te levanta de la silla por hilvanar la jugada perfecta, llevándose por delante a una defensa entera y poniendo a su equipo a la altura de las estrellas. La pasión la levanta, también, quien en un balón que parece venir del cielo, se eleva por encima de todo y de todos, y para el tiempo para dejar clavado al Portero en mayúsculas del equipo rival. Pasión es el gol de Iniesta al Chelsea. Pasión fue el gol de Ramos al Atleti.

Pretender comparar a los dos héroes de nuestro tiempo es, si me apuras, irrelevante. La historia coloca a cada uno en el lugar que le pertenece por derecho, por mucho que unos u otros se empeñen en lo contrario.

La discusión solo sirve para llenar platós de televisión plagados de juntaletras (y algunos ni eso) que, a base de gritar barbaridades, despiertan en nosotros ese sentimiento que ya tenían los romanos cuando pedían la cabeza del gladiador caído. Nos devuelven a lo primitivo de nuestro ser. Nos obligan a identificarnos de un bando como si los bandos existieran. Uno es el héroe y el otro el villano. Y así nos alejan de la emoción sincera que despierta el fútbol.

Esa emoción con la que mi padre y mi abuelo vieron por primera vez a su Madrid levantar una Copa de Europa. Esa emoción con la que se vivían los Madrid – Barça antaño, alejados de tanta prensa amarilla, de tantos minutos de televisión dedicados a lo mismo.

El día que no estén, y que el nuevo Cristiano y el nuevo Messi salgan cada dos semanas, los terminaremos echando de menos.

A los dos.

La fórmula del éxito

En cada gota de sudor.

En cada lágrima.

En cada mirada al cielo.

En cada instante que se os pasó dejarlo todo.

En cada par de ojos que observaban desde la grada.

En cada momento infinito donde el tiempo se paró.

En cada caída.

Ahí estaba escondida la semilla de vuestro triunfo.

Recordadlos todos. En el dulce sabor de la victoria no dejéis de mirar hacia atrás, porque vuestro éxito nace de los fracasos pasados. Ellos regaron el campo que hoy conquistasteis. No los olvidéis jamás.

El camino sigue, este sólo ha sido uno más de los muchos pasos que daréis. Algunos serán pasos hacia adelante, en otros deberéis hincar la rodilla y resistir. Guardad estos momentos, atesorad las lecciones aprendidas: el valor del compañerismo, el apoyo de aquellos que no dejaron nunca de confiar en vosotros, el recuerdo de los que no pudieron ayudaros, ese poco más que fuisteis capaces de dar cuando más lo necesitabais.

Disfrutad mucho, de todo lo que os habéis ganado, pero no olvidéis que la senda es larga y la aventura que se os presenta ahora no está exenta de dificultades. Serán ellas las que evalúen si merecéis otro triunfo más.

Y, sobretodo, no olvidéis por un instante que los éxitos o los fracasos son sólo un final más y que lo verdaderamente importante, es saborear el camino.

¡Enhorabuena campeones!

Silla CF B – Campeones de liga 2015/2016

In memoriam: Johan Cruyff

Tengo la sensación de que los grandes genios de la historia han tenido un denominador común: una visión simplificadora de la realidad.

A través de sus ojos han podido ver una existencia terriblemente elemental con la que jugar y, por ende, terminar cambiando por completo sus reglas. Desde Aristóteles a Einstein, Galileo o Da Vinci. Todos tuvieron el don de entender nuestro mundo hasta límites que nadie antes había sospechado. Todos ellos tuvieron la increíble capacidad de jugar con las hebras del destino para que la humanidad diera un paso hacia adelante en su anhelo incansable de ser hoy más que ayer.

Hoy se ha ido otro genio, tal vez de un arte que muchos consideran menor, como es el deporte del balón, pero su influencia en tantos y en tanto no puede sino ser una muestra clara de que él también poseía ese don.

Vio el fútbol desde el prisma del que ama el deporte, del que disfruta con cada gota de sudor. Entendió la pelota como algo que acariciar y mimar y sobre esa base sentó los pilares de lo que hoy día se considera el fútbol moderno.

Hoy, como amante del fútbol, uno se va a dormir un poco más triste al pensar que esos ojos, que veían más allá que el resto, ya no volverán a mirar con el celo de un enamorado a esa pelota de cuero.

Pero también uno se va a la cama con una media sonrisa, por entender que la historia ha tenido siempre un hueco especial para estas personas.

Descansa en paz Johan. Le diste todo al fútbol y éste te ha hecho eterno.

Ibracadabra, la magia de tener la boca grande.

ibra

Hace ya un tiempo escribí un post defendiendo el modelo de negocio de Florentino Pérez con el Madrid ante las voraces críticas vertidas por los medios procatalanistas / proculés y por algun sector de la jerarquía eclesiástica (léase el señor Obispo de Barcelona).

Curiosamente no he tenido que esperar mucho tiempo para disfrutar con regocijo del momento de callar bocas abiertas.

Me gustaría, antes de  continuar, hacer especial mención a dos personajes (por llamarlos de alguna manera) que abrieron la boca demasiado y ahora van a tener que cerrarla a marchas forzadas.

– Por un lado el que dice ser periodista, subdirector del panfleto Sport, Lluís Mascaró que publicaba el 11 de Junio un artículo bajo el rimbombante títular de Florentino y el inmoral fichaje de CR7. Leyendo esa sarta de «mangarrufas» como diría mi querido Morata, me gustaría ver qué opina ahora del fichaje de Zlatan Ibrahimovic por la friolera de 45 «kilos» + Eto’o + la cesión de Hleb. Operación que el propio Barça ha tasado en 66 millones de euros.

– Por otro, el señor arzobispo de Barcelona. A usted me gustaría dirigirme especialmente y de manera breve. Zapatero a tus zapatos. A dar misa, repartir hostias y dejar lo que no nos concierne en paz.

Pero volviendo al tema central de este artículo. Como ya he dicho, el Barça ha tasado a Ibra en 66 kilos. Un millón de euros por encima de lo que se pagó por Kaká. Ahora, todas esas voces que clamaban al cielo diciendo que era una vergüenza nacional el hecho de que se pagasen cifras de 65 y 93 M€, me gustaría que de forma cuidadosa, tranquila, con cariño, se desabrochasen uno de los zapatos que lleven (me es indiferente el pie) lo cogieran con sumo cuidado y de forma suave, sutil e incluso sensual si lo prefieren, se lo metiesen en la boca.

Porque de bocazas está plagado el mundo, pero los que hace unas semanas echaban por la boca la bilis y litros de espuma a base de criticar el modelo «imperialista» de Florentino y que ahora se dedican a «tocarse mútuamente» por el «pedazo de negocio» que han hecho con Ibrahimovic deberían estar dentro de una categoría a la altura de las circunstancias. La categoría de gilipollas.

Ale, ahora todos calladitos. Que más vale permanecer callado y parecer idiota, que abrir la boca y despejar toda duda.

Cuanta hipocresía

Los futboleros, y los que no lo son tanto, se habrán levantado hoy con la resaca de la noticia del día de ayer. El fichaje de Cristiano Ronaldo, jugador del Manchester United, por parte del Real Madrid de Florentino Pérez por alrededor de 94 millones de euros.

Para intentar exponer mi opinión deberíamos antes partir de varias premisas:

– Premisa 1: El Real Madrid y ACS (compañía que preside Florentino Pérez) son dos empresas privadas. Esto, a groso modo, viene a decir que con su dinero hacen y deshacen, dentro de la legalidad, lo que les venga en gana.

– Premisa 2: Florentino Pérez, y ya no sólo él si no bastantes estudios económicos lo avalan, ha repetido por activa y por pasiva que su modelo económico: fichar grandes estrellas y luego rentabilizarlas, funciona.

– Premisa 3: Derivada de la 2, el Real Madrid tuvo unos resultados económicos ejemplares durante la primera etapa de Florentino Pérez.

cr9Bien. Una vez expuestas estas premisas voy a daros mi opinión.

Hoy no voy a hablar de si el modelo de Florentino Pérez deportivamente hablando va a funcionar o no. Mi objetivo hoy es poner de manifiesto mi total indignación al leer ciertos articulos de opinión firmados por personas que dicen ser periodistas y que sólo saben tirar bilis por la boca.

Miedo. Es lo único que me queda por pensar. Que la prensa más cercana a un equipo que este año ha ganado TODO se dedique hoy en lugar de a analizar las causas de este éxito rotundo, o a discutir qué ligeras mejoras hay que introducir en el equpo, a menospreciar el modelo de Florentino Pérez es caguitis aguda de esa que siempre han tenido los culés.

Pero lo que no tolero ya es la hipocresía de levantar la voz escandalizados ante la «barbaridad» en los actuales tiempos que corren de pagar 94M€ por un jugador. Que si es una vergüenza. Que la gente no puede casi ni comer y Florentino se gasta una salvajada. Que si CR9 va a cobrar una millonada y eso es indecente. Que sienten vergüenza ajena.

Vergüenza ajena es lo que yo siento al ver a esta gentuza despotricar contra los fichajes de Florentino y en dos artículos más arriba alabar la posibilidad de que Zlatan Ibrahimovich (para los no iniciados un delantero centro que juega en Milán) termine jugando para el Barça… ¡¡ por 40 millones de € !! Más un sueldo que se rumorea estaría entorno a los 10/12 M€ netos. Por no hablar de Ribery (otros 40 «kilos»). Teoricemos pues que si el Barça se gasta cerca de 90 M€ pero en lugar de en uno en dos jugadores, ya no se está menospreciando al pobre parado.

¿Se puede ser más cínico e hipócrita? ¿Qué pasa, que si el Madrid paga por un jugador 65M€ o 94M€ (a sabiendas que lo va a rentabilizar económicamente) está escupiendo al pobre trabajador que se levanta a las 5 para trabajar? Ahora bien, si el Barça paga 40 milloncejos del ala, poco dinerucho pensarán estos periodistas, ya no es un insulto a la razón humana.

Como reza el dicho popular, aquí follamos todos o la puta al río. Si asumimos que el fútbol maneja unas cantidades de dinero insultantes entonces que se critique al sistema al completo. Si no, todo vale.

A todo esto, como bien he dicho antes, lo único que están demostrando es que tienen un acongoje directamente proporcional al número de cracks que está fichando tito Floren.

Más vale tomárselo con humor

Después del dantesco espectáculo que esa banda de personas que dicen llamarse equipo protagonizó anoche en Mestalla, a uno le quedan dos opciones:

La primera es montar en cólera y preguntarse cómo es posible que 11 tíos que cobran entre todos lo que más de un país completo quisiera para sí, pueden pasearse como vagabundos por un terreno de juego y no tener la mínima vergüenza para defender el escudo que llevan bordado en la camiseta.

La otra es asumir que son una panda de mercenarios y rezar porque pronto se imparta justicia y los manden a todos a tomar viento malagueño.

Mientras, a tomarse las cosas con algo de humor.

La jugada de «LaSexta»

mediaproLeyendo el otro día por la red fui a parar a este interesante artículo donde se desvelan los posibles planes de futuro de la productora MediaPRO que pasará a disponer el año que viene de la práctica totalidad de los derechos de explotación del fútbol de primera división en España.

Por lo que se ve, su idea es usar la plataforma de transmisión TDT para crear contenido «premium». En palabras claras y sin demasiados rodeos: que nos quieren cobrar.

Lo curioso del caso es que en realidad su idea es cobrarnos 19€ al mes por 3 canales, uno de los cuales, por supuesto, sería GolTV (el que parece estar destinado a emitir los partidos de fútbol).

Las cuestiones son varias.

¿Dónde está ahora esa máxima que viene popularizando LaSexta (propiedad de MediaPro) de que el fútbol gratis es un derecho de los españoles?

¿Se atreverán a cobrar y a emitir los partidos de las 17.00 de la tarde en forma de multifútbol cutre? Más que nada porque asumo que Barça y Madrid dispondrán de horarios especiales para que se emitan sin problemas, pero el resto de equipos probablemente compartan horario.

No me imagino a un aficionado del Sevilla o del Almería pagando cerca de 20€ al mes por ver sus partidos a trozos.

Está todo todavía por verse pero parece que ser que MediaPro tiene claro que el año que viene, una vez que se ha cargado la actual plataforma de explotación de contenidos: AudioVisual Sport, lo del fútbol gratis por LaSexta se va a acabar.

Más información y Debate | http://meneame.net/story/tdt-pago-costara-19-euros-mes-incluira-tres-canales-entre-ellos

Ya está bien con Pepe

El pasado martes por la noche jugaban en el Santiago Bernabéu Real Madrid y Getafe. En juego estaban buena parte de las aspiraciones ligueras del Madrid y eso se tradujo en un partido bronco y con mucha tensión. Ya en el final del partido, una de las internadas hacia el área del Madrid por parte del Getafe culmina con un empujón del defensa central madridista Pepe a el jugador del Getafe Casquero: a priori un penalty tremendamente dudoso más por la constante insistencia de Casquero a dejarse caer que por otra cosa.

El pitido del árbitro suena, en la cabeza de Pepe estalla esa tensión acumulada y pierde los nervios y viendo en el suelo a Casquero le lanza dos patadas sin que ninguna de las dos llegue a impactarle. Una vez visto eso, todos los jugadores del Getafe se lanzan a por él a decirle a saber qué cosas y él, caliente como está reacciona empujando a todo lo que se le viene de frente.

El árbitro, malo hasta la médula, no lo duda y expulsa a Pepe que, una vez que lo tranquilizan levemente sus compañeros se marcha por el túnel de vestuarios no sin antes mentar a las madres del cuarteto arbitral por su nefasta actuación.

Bien, este es un resumen de lo que sucedió. Ni Pepe es Jack el Destripador, ni Casquero una joven inocente a punto de ser violada.

Todo el revuelo mediático que se ha montado entorno a toda esta situación me ha tenido esta semana dándole vueltas al tema.

Pepe no es un jugador violento, no ha tenido nunca un comportamiento fuera de lugar y, entendiendo que perdió los nervios el pasado martes, sencillamente se le impone el castigo que se deba (en este caso 10 partidos de sanción) y el tema zanjado.

¿Zanjado? Parece que no. Muchos piden la cabeza del jugador: que se le rescinda el contrato, que no vuelva a pisar un terreno de juego… Incluso algunos pedían la friolera de 34 partidos de sanción comparándolo con las entradas asesinas de Goikoetxea a Maradona o el pisotón a un árbitro de Stoichkov. (Vamos, lo mismo…)

Mientras, personajes que sí que son violentos, que se dedican a menospreciar el fútbol a base de juego sucio como un tal Daniel Alves, o como muchos otros jugadores de Primera y Segunda, siguen pisando los terrenos de juego sin que ningún árbitro se encargue de decirles que jugar al límite de la legalidad termina por ser ilegal.

Por eso les pido enérgicamente a todos esos hipócritas que se han dedicado a demonizar a Pepe que cuando les suceda algo similar en su propia casa me hagan el favor de pedir que a ese jugador (léase Alves, Albelda o similares), ya no que lo retiren de los terrenos de juego, sino que lo expulsen de la Tierra y lo manden a vivir a Marte.

Ya está bien

El pasado domingo, a las 17.00 de la tarde jugaron en el Santiago Bernabéu  el Real Madrid frente al Atlético Osasuna.

Un partido complicado por el rival, pues el Osasuna siempre ha tenido fama de correoso y trabajador y, siendo colista, se presentaba en el estado madridista con la necesidad imperiosa de puntuar.

El partido se desenvolvía con cierta normalidad hasta que finalizando la primera parte, Juanfran se interna en el área y Gago lo derriba.

El penalty en la repetición no es del todo claro pero es pitable. El árbitro decide amonestar a Juanfran por simular la caída.

Hasta ahí, partamos de que esto sucede en  los campos de fútbol casi cada semana.

Durante la segunda parte el Madrid remonta y se pone por delante en el partido. De nuevo, en una galopada de Juanfran, es derribado esta vez por Pepe en lo que es a todas luces un penalty claro.

Pérez Burrull, el árbitro del partido, comete un grave error al interpretar que no hay pena máxima y amonestar (expulsando por doble tarjeta amarilla) a Juanfran.

Esto es, sencillamente, lo que sucedió ayer domingo en el Bernabéu.

Lo que ha venido después es un puto puñetero circo. Se ve que ahora  sólo al Madrid le benefician los árbitros, al Sr. Pérez Burrull le sancionan inhabilitandolo durante 1 mes, se habla de atraco a mano armada, todos los periódicos (catalanes, madrileños…) hablan de la vergüenza del arbitraje. Y he aquí que es cuando me paro y me pregunto.

¿Será entonces que al FC. Barcelona, líder indiscutible, monumento del fútbol, imagen por la que muchos culés se dedican a tareas onanistas pensando en la lacio cabello de Messi…, no ha visto beneficiada su progresión por errores arbitrales?

¿Ni el Valencia C.F. tampoco verdad?

Por eso me he propuesto comentaros aquí cada vez que el poderoso F.C. Barcelona tenga alguna «ventaja» arbitral.

Porque asumo que con el doble rasero que se mide en prensa a los equipos, sólo aparecerá mencionado levemente en la esquina de alguno de los cutre diarios deportivos que dicen ser madridistas.

Mientras, a tragarnos portaditas y portaditas con los títulos más sensacionalistas y amarillos que puedan exisitir.