Blog personal de Sergio Madrigal donde encontrar textos sobre ciencia y tecnología, psicología, cine y literatura y quizá alguna cosita más.

Etiqueta: Cine Español (página 1 de 1)

Crítica: Al final del túnel (2016)

Al cine argentino le pasa un poco como a Messi: o lo adoras hasta casi endiosarlo o lo defenestras hasta cubrirlo de lodo.

Y en cierto modo esta dicotomía no anda lejos de ser justa. El cine argentino es… especial.

Al final del túnel (Rodrigo Grande) es de aquello que llaman «coproducción» hispanoargentina y que viene a significar que hay actores de ambos lados del charco y que la plata también se reparte. Lo que suma, y mucho, es el talento de ambos países.

Si uno salva el efecto relativamente desagradable que provoca ver a Clara Lago impostando el acento porteño, esta película es de las de guardar en el cajoncito de «buenas pelis» para cuando uno tenga algún rato libre.

Para empezar tenemos a Leonardo Sbaraglia. ¡Qué porte tiene este señor siempre! Hasta cuando hace de tullido se come la pantalla por los cuatro costados.

Así, un Sbaraglia lisiado es quien nos introduce en una historia oscura, de engaños (a los personajes y al espectador), algunos evidentes y otros menos, con el telón de fondo de un atraco a un banco.

A la Lago la vemos crecer conforme se desarrolla la historia, ya digo, superando el estupor que produce tener la sensación de que la están doblando. Y para cerrar el trío mágico de actores, un genial Pablo Echarri que hace de malo, pero de malo malísimo. De esos que te provocan un miedo atroz casi desde su primera línea de diálogo.

Con estos mimbres, sólo nos faltaba una cosa, que la historia mereciera la pena, y teníamos una película redonda. Y, contra todo pronóstico, así fue. Una cinta que te mantiene taladrado a la butaca sus dos horazas de duración y que por momentos convierte a la atmósfera de la sala de cine en casi irrespirable.

Ya digo, cine argentino. Una lotería.

En esta, toca el premio.

Nota: 8/10

Crítica: Kiki, el amor se hace. (2016)

Llevo ya mucho tiempo insistiendo que para mi el cine se trata de contar historias. Las formas, el continente, es importante, no lo niego, pero lo que de verdad redunda en el sabor que uno tiene al terminar de ver una película es el contenido.

Ayer tuve la oportunidad de ver la última película dirigida por Paco León, Kiki, el amor se hace..

Estamos ante una película ligera, de estas de consumir en cualquier momento, pero no por ello en absoluto desdeñable. Divertida, desenfadada, la última propuesta del actor de Aída convertido ahora en director es una de esas historias (o más bien suma de historias en este caso) que no cuesta nada digerir. Y además, por el camino, no sólo entretiene sino que también arranca carcajadas en bastantes momentos.

Kiki, el amor se hace, es un relato acerca de las relaciones, todas, las amorosas, las sexuales, las de todos los colores, con el sabor dulce del que pretende transmitir la idea de que mientras todos disfruten, todo termina valiendo.

Con actores bastantes conocidos, con un Paco León otra vez a la altura de las circunstancias y con una Candela Peña increíble, la película pasa con nota el corte, haciendo que los espectadores identifiquen mucho y descubran otro tanto acerca del sexo y las relaciones de pareja.

Mención especial para la banda sonora, perfectamente integrada, y con momentos musicales de grandísima altura que ayudan a que, en global, la película sea una de esas que no me cueste nada deciros: ved la película, yo salí del cine con una enorme sonrisa.

Nota: 6.5/10

Crítica: Diario de una ninfómana.

El domingo por la noche tuve el placer de disfrutar de la polémica película «Diario de una ninfómana».

Esta producción española dirigida con muy buen hacer por Christian Molina y protagonizada por Belén Fabra narra la historia de una mujer adicta al sexo y de cómo esta adicción influye de diferentes maneras en el transcurso de su vida.

Desde la vertiente más divertida hasta la más trágica, la vida de Val va pasando por diferentes fases mostrándonos desde la primera persona cómo es el mundo de una persona adicta al sexo.

Las escenas más subidas de tono están tratadas desde una visión que evita el morbo y se centra en profundizar algo más en la psicología de las relaciones sexuales.

Más allá de todo esto, es triste tener que comentar que en la Comunidad Madrileña (la de Espe y sus lacayos) se ha censurado el póster que anuncia la película por considerarlo ofensivo y a nivel nacional también ha sido censurado en determinados puntos el tráiler. Cualquiera diría que vivimos en pleno siglo XIX rodeados de cilicios e inquisitores.

Hablando de la película y olvidándonos del resto, pese a ser española con todo lo que esto conlleva, se trata de una película muy recomendable y por la que, esta vez sí, merece la pena pagar la entrada.

Valoración