Blog personal de Sergio Madrigal donde encontrar textos sobre ciencia y tecnología, psicología, cine y literatura y quizá alguna cosita más.

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Primeras impresiones: Black Mirror S03

Hace poco Netflix anunciaba a bombo y platillo la llegada a su servicio de la esperada temporada 3 de Black Mirror.

Black Mirror es una serie un poco atípica.

Producida en el Reino Unido, sus dos primeras temporadas eran de tan sólo 3 episodios cada una, de alrededor de una hora por capítulo.

Eran historias autoconclusivas que tenían como eje conductor común el centrar su argumento en un futuro relativamente cercano y una realidad acorde con él. Un mundo plausible, a medio plazo, en el que la humanidad progresaba, la tecnología avanzaba y la sociedad se adaptaba a ello. 

Lo interesante de las dos primeras temporadas era que la práctica mayoría de los episodios inducían al espectador a reflexionar acerca del progreso, de la dirección que la sociedad podría estar tomando y de su participación como individuo en ella.

La tercera temporada: un inicio interesante.

Cuando Netflix anunció la disponibilidad de la tercera temporada me lancé a por ella. El primero de los seis episodios que consta esta serie, titulado “Caída libre”, me entusiasmó al principio: un análisis muy certero acerca de la superficialidad a la que nos están abocando las redes sociales y su posible influencia en la vida real y en cómo ésta se articula.

Cierto es que el capítulo se fue un poco de madre y el final terminó por no redondearlo, pero fue una buena primera toma de contacto. La serie apuntaba maneras.

Un desarrollo pobre e inestable.

Sin embargo, mi gozo en un pozo. He visto ya los tres episodios siguientes y, la verdad, es una temporada decepcionante.

Tanto el segundo como el tercer episodio son del todo lamentables: carecen del espíritu original de la serie. Uno no reflexiona absolutamente nada con ellos. A veces hasta se siente un poco perdido intentando entender si encierran algún tipo de mensaje escondido, pero no. Son simples, planos y sin alma.

El cuarto parece que remonta un poco, aunque vuelve a perderse en caminos a ninguna parte, terminando, otra vez, la faena a mitad.

Un futuro incierto

Me quedan los dos últimos, un pequeño hilo de esperanza. Tal vez con ellos la serie termine la temporada de una forma digna, pero no albergo demasiadas ilusiones. Quizá había demasiadas expectativas puestas sobre ella. Tal vez se nos ha hecho demasiado mainstrem.

Lo que está claro es que anda lejos, muy lejos, de la calidad y el nivel de algunas de las maravillas de temporadas anteriores.

Reseña: El fin de la eternidad – Isaac Asimov

Creía firmemente que la saga de la Fundación era, sin albergar duda alguna, la mejor obra de Asimov. Ahora, tras leer El fin de la eternidad me asaltan dudas. Tal vez La fundación sea la mejor saga, pero como libro, esta pequeña joya de algo más de 260 páginas no tiene competidor.

Solo haciendo frente a las grandes pruebas puede la Humanidad elevarse a nuevas y mayores alturas. Del peligro y de la aventura han salido siempre las fuerzas que han llevado al Hombre a nuevas y más grandes conquistas.

La historia

La humanidad ha alcanzado el conocimiento necesario para realizar saltos en el tiempo y con ello guiar el destino de la raza por la senda del éxito. Miles de mentes pensantes y grandes computadores analizan las infinitas alternativas que un determinado cambio produce en el futuro y, así, modifican nuestro destino a su antojo para lograr que nos mantengamos sanos y salvos.

Pero algo está a punto de suceder. La falibilidad del ser humano, de nuevo, va a poner en jaque todo este sistema, situándolo al borde de su desaparición. La Eternidad, esa línea temporal paralela, carente de principio ni fin y que nos tutela en nuestra realidad, está en serio peligro.

Los personajes

Andrew Harlan es el protagonista de la novela. Es un Ejecutor, un cargo dentro de la jerarquía de la Eternidad de gran relevancia pero con muy mala fama: se encarga de ejecutar los cambios que supondrán modificar la historia de millones de personas en el futuro, e incluso de eliminarlas.

Laban Twissell es el jefe de Harlan y jefe del Consejo Pantemporal. Considera a Harlan su pupilo con mayor proyección y tutela su carrera dentro de la Eternidad. Representa una figura casi paternal en relación con Harlan y su personaje es va desarrollando al mismo ritmo que la historia.

Noys Lambent es una temporal, es decir, no vive en la Eternidad. Trabaja, eso sí, para uno de los Programadores (otro cargo distinto y de mayor rango dentro de la jerarquía eterna). Su participación en la historia también es importante.

Mi opinión

Como ya he dicho antes, El fin de la eternidad me parece una de las grandes joyas de Asimov. No alcanzo a entender cómo no se encuentra a la misma altura que la saga de los Robots o la saga de la Fundación en cualquier librería. El genio ruso es capaz de hilvanar y entrelazar una historia de saltos en el tiempo, de paradojas temporales excepcionalmente descritas, de amor, de odios, de dramas personales… y coserlo todo a una historia apasionante, donde los giros argumentales son de un imprevisible casi pasmoso y donde el final es tan perfectamente perfecto que uno se pregunta qué tenía Asimov en la cabeza para dar rienda suelta a ideas tan increíbles.

Es una auténtica delicia para los sentidos que permite al lector dejar volar la imaginación hacia una realidad donde el tiempo se mide en miles de siglos, donde la humanidad perdura hasta el infinito, donde nuestra misma existencia se reduce a la nada más absoluta.

Una obra que induce a la reflexión, al análisis del elemento humano en todas las relaciones, en todos los avances.

Recomendadísima.

Nota: 9/10

Crítica: Stranger Things (2016)

Resulta tremendamente increíble como una serie, con los ingredientes idóneos, es capaz de teletransportarte directamente a tu más tierna infancia en unos pocos minutos de emisión. Stranger Things, una producción propia de Netflix lo logra de una forma tan increíblemente directa que, aún estando advertido, soprende soberanamente. Ver en pantalla mezclados, en muy poco tiempo, iconos fundamentales del cine de los 80, despierta la conciencia más infantil de cualquiera

Argumento

Grandes ideas llevadas a cabo con mucha cabeza

Si por algo destaca Stranger Things es sin ningún género de dudas, por su notable factura visual. El cuidado de los detalles, desde una cabecera con el típico grano de las cintas VHS, hasta una ambientación, vestuario e incluso música perfectamente seleccionados, convierten a esta serie, casi sin despeinarse, en una de las series de este 2016.

Lo paranormal como eje conductor

Si a esta maravillosa ambientación ochentera le sumamos una historia que mezcla a partes iguales fantasía y ciencia ficción, tenemos un producto verdaderamente interesante. Hawkings, un pequeño pueblo típico americano, es el escenario donde cuatro geniales niños disfrutan del día a día entre clases y partidas de rol en el garaje. Un buen día, de vuelta a casa, algo sucede. Fijaos si considero interesante la historia que hasta aquí puedo contar para no restarle ni un ápice de tensión a la misma.

Los peros de un guión fantástico

No todo va a ser perfecto, está claro, y, a pesar de lo ya mencionado, Stranger Things adolece de algunas, digamos, lagunas argumentativas, que sin embargo le perdonamos por un conjunto de tanto nivel. Estos peros los podréis reconocer durante la serie al tratarse de lo que normalmente llamamos agujeros en el argumento, hay cosas que no encajan del todo bien y que, tal vez, requerían una explicación más extensa.

Personajes

Si la historia de la que hablamos es increíblemente buena, lo de los cuatro actores elegidos para interpretar a los cuatro niños protagonistas no tiene nombre. El director de casting de esta serie se merece un monumento. Flinn Wolfhard, Caleb McLaughlin, Noah Schnapp y un genialísimo Gaten Matarazzo hacen las delicias de los expectadores, que ven en esta suerte de reboot de la pandilla de Los Goonies un paseo por sus momentos de bollycaos, palomitas y cine a 200 pesetas en aquellos cines de pueblo con su olor característico.

Eso sí, Wynona Ryder ha envejecido mal (aunque a mi personalmente nunca me gustara) y su interpretación, histriónica por momentos, chirría con el resto del elenco.

Su éxito tiene explicación

Resulta que a todos nos gusta la melancolía. Seamos personas más o menos felices, un poquito de aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor» nunca nos viene mal. Netflix lo sabe. Como también sabe que el target al que va dirigido esta serie es, fundamentalmente, aquellos que están alrededor de la treintena y que, por tanto, vivieron de pequeños el boom de películas como E.T. o Los Goonies. Así que cuando a alguien que vivió con ocho o nueve años cómo Elliot volaba en su bicicleta, huyendo de los malos, le plantas una serie en la que el guiño deja de ser una excepción para convertirse en la regla, lo conquistas fácilmente.

A mi, personalmente, me ha enamorado la serie.

Nota: 8/10

Reseña: El Marciano – Andy Weir

Hacía bastante tiempo que no disfrutaba tanto leyendo una novela.

El Marciano (The Martian) de Andy Weir ha conseguido volver a engancharme de lleno en la lectura. Y eso que su propuesta es relativamente arriesgada.

Argumento

Sí que os recomiendo, antes de abordar el análisis de la novela, que si no la habéis leído y tenéis pensado hacerlo no continuéis. Me voy a esforzar al máximo por evitar destripar nada de la trama pero obviamente no lo conseguiré del todo.

El argumento de El Marciano es bastante conocido: emplazada en un futuro cercano, la humanidad ha sido ya capaz de enviar seres humanos a Marte en expediciones bajo el proyecto Ares. Esta vez es el turno de la Ares-III, cuyos 6 tripulantes se encargarán de realizar una serie de experimentos y de toma de muestras en el planeta rojo.

Todo parece ir normal hasta que desde el centro de operaciones de la NASA en Houston se les avisa de que los satélites que orbitan alrededor del planeta han detectado una importante tormenta de arena. El problema de la tormenta esta relacionado con el VAM, el vehículo que los tiene que devolver a casa. Fuertes vientos pueden poner en riesgo su estabilidad y con ello sus vidas.

La comandante de la misión decide en esos momentos suspenderla e iniciar la evacuación. Y es aquí donde la historia realmente comienza: debido a una serie de circunstancias uno de los tripulantes sufre un accidente y es dado por muerto. El resto de la tripulación, ante la posibilidad de perecer en el planeta deciden marcharse.

Pero Mark Watney sigue vivo. Y tiene que ingeniárselas para sobrevivir en Marte hasta que la siguiente misión, la Ares-IV, llegue a Marte años después.

Personajes

El Marciano es prácticamente un soliloquio de su protagonista que se enfrenta ante la dura tarea de luchar por su supervivencia en un planeta inhóspito y hacerlo en soledad.

Tal vez una de las cosas que más me ha gustado del libro, más allá de la profunda fundamentación científica y técnica que dota de realismo al mismo, es la importante vertiente personal, emocional y psicológica que consigue transmitir.

Mark Watney está solo, solo en un planeta que se empeña en matarlo y a millones de kilómetros de distancia de cualquier otro ser humano. Está aislado de la sociedad, y este aislamiento es peor si cabe que la tensión constante por la supervivencia.

Lo bueno y lo malo

Si algo hay que destacar del libro es sin lugar a dudas su capacidad, con una estructura que se aleja de lo común, de enganchar al lector. Ese ritmo frenético y esa lucha constante por encontrar solución a los problemas que se le presentan al protagonista hace que no puedas dejar de leerlo.

En el lado opuesto está, tal vez, el exceso de celo científico con el que dota la narración obligando al lector profano en la materia a hacer un esfuerzo doble para comprender de lo que se está hablando.

Conclusión

Lo cierto es que como ya he dicho al empezar esta entrada, El Marciano es una auténtica delicia de libro, una historia épica que nos actualiza a Robinson Crusoe colocándolo en el mundo inexplorado de Marte. Pero más allá de la aventura, la novela trasciende a un plano mucho más amplio, abarcando temas tan complejos como la superación personal o la importancia que tiene la interacción social en nuestra concepción de humanidad. Si todavía no has tenido la oportunidad de disfrutar de las idas y venidas de ese botánico loco perdido por las tierras del planeta rojo, no sé muy bien a qué estás esperando.

Nota: 8.5/10

Reseña: Solaris – Stanislaw Lem

Tenía un grato recuerdo de mi primer contacto con Stanislaw Lem por su increíblemente divertida novela Cuentos de Robots; no en vano lo consideré el mejor libro de mi lista de 2013.

Mi segundo libro de este autor polaco fue su famosa Solaris, llevada al cine en dos ocasiones, la última protagonizada por George Clooney.

Recuerdo esa película por ser, tristemente, la primera (y última por ahora) vez en mi vida que me he dormido en una sala de cine.

El caso es que había leído en distintos foros que la novela era bastante mejor, como suele suceder, y que a cualquier amante de la ciencia ficción no debería pasársele leerla.

Pues bien, allá que he ido y mis impresiones son un poco ambivalentes.

El argumento

Solaris trata sobre lo que le sucede a Kris Kelvin durante su estancia en la estación de observación situada sobre el mar de Solaris. Resulta que hace años la humanidad descubrió este planeta y asistió a lo que se pensó fue el primer contacto entre distintas especies. Parece que ese inmenso océano que cubre la práctica totalidad del planeta tiene inteligencia.

Tras muchos años de investigación y después de una inicial euforia por lo novedoso de la situación, la evolución de los trabajos en Solaris se estanca.

Y es aquí donde Kelvin llega a la estación y entonces… empiezan a pasar cosas.

Solaris no es ciencia ficción

Decir que Solaris es ciencia ficción es hacerle un flaco favor a la novela. Está claro que estando ambientada en el futuro, con viajes interestelares de por medio y con interacciones entre humanos y posibles extraterrestres, tenemos los ingredientes perfectos para una historia Sci-Fi. Sin embargo Solaris es mucho más un ensayo filosófico acerca de la propia existencia del ser humano, de la antropomorfización de nuestros anhelos de contacto con otras especies, de nuestras limitaciones como raza y de nuestros miedos y nuestras debilidades.

Buena idea, buen contenido pero con altibajos

Lo cierto es que la novela va creciendo en intensidad y hay momentos en los que te puede tener absorto. No obstante Lem se pierde muchas veces en extensas y a veces aburridas descripciones acerca de las investigaciones que se llevan a cabo en el planeta, de las distintas corrientes de pensamiento, etc.

Está claro que la idea que subyace a esta parte de la narración es realizar una comparativa de la evolución del pensamiento humano a lo largo de la historia adaptado a un nuevo elemento en su entorno como es el descubrimiento de un planeta habitado. Y lo cierto es que en algunos momentos esa analogía roza la genialidad. Pero el exceso de datos inconexos que pretenden dotar al texto de cierta entidad científica se torna por momentos algo farragoso y pesado de leer.

Un buena opción este verano

Lo interesante del libro, algo que además ha caracterizado a las dos obras que he leído de Lem, es la aproximación alejada de lo que consideramos normal a determinados hechos.

Siempre nos hemos preguntado qué sucedería cuando estableciéramos contacto con otras especies asumiendo que éstas hallarían la forma de comunicarse con nosotros. Lem analiza el contacto desde la perspectiva de la existencia de una brecha de comunicación que hace ininteligibles los lenguajes de uno y otro bando.

Para esos momentos de calor, nada mejor que vivir las aventuras de un humano en un mundo remoto donde el mar, además de fresquito, es inteligente.

Nota: 6/10

Top 10 Libros leídos en 2014

Al igual que hice hace unos días con la lista de las que considero han sido las mejores películas estrenadas en 2014, es ahora el turno para los libros que he conseguido leer este año. Aunque me he quedado lejos de la cifra que en su momento me propuse como reto, 2014 tampoco ha sido un mal año en cuanto a lectura se refiere aún a pesar de las circunstancias.

Estos son los diez mejores libros que me he leído este 2014.

  1. Robots e Imperio (Isaac Asimov), último de los libros de una saga que enlaza de una forma sublime con la otra gran serie de Asimov: La Fundación. Broche perfecto a las aventuras de Elijah Bailey y R. Daneel Olivaw junto con R. Giskard Reventlov. Personajes llenos de carisma, emocionantes aventuras en un entorno futurista cuidado hasta el más mínimo detalle. Toda una auténtica gozada. [ Reseña ] [ Comprar ]
  2. Flores para Algernón  (Daniel Keyes), pese a que muchos encuadran este libro en el género de la ciencia ficción para mi es mucho más un ensayo psicológico encubierto. Increíble forma de contar la historia del ratón Algernón y de Charlie Gordon y como la ciencia los une hasta las últimas consecuencias. Un verdadero viaje a las emociones y el intelecto con un final acorde a la aventura y a las expectativas y con un estilo de narración único. [ Reseña ] [ Comprar ]
  3. Los robots del amanecer (Isaac Asimov), tercer libro de la saga de los robots en el que Asimov comienza a preparar el terreno hacia el impresionante final de Robots e Imperio. Además de eso presenta una intrigante historia en la que los asesinatos, las traiciones y la intriga por el control de un espacio en expansión son el núcleo del argumento. [ Reseña ] [ Comprar ]
  4. 2001: Una odisea en el espacio (Arthur C. Clarke). Tras ver Interstellar me obligué a ver la película de Kubrick 2001: Una odisea en el espacio. He de reconocer que la película no me gustó nada y, tal vez por ese mal sabor de boca, decidí leerme la novela homónima que, según he leído, la escribió Clarke simultáneamente a la película. Nada que ver. Noche y día. Ciencia ficción en estado puro de la que disfrutas de verdad. [ Comprar ]
  5. Hyperion (Dan Simmons). Más ciencia ficción. Parece que este año los grandes ganadores en mi lista han sido todos de este género. Con Hyperion disfruté de una lectura organizada en relatos cortos, diferentes cada uno, aunque relacionados todos con el misterioso planeta Hyperion. Esa estructura le permite a Simmons plantear historias completamente distintas, con fondos diversos y que van desde la religión hasta la física de los viajes interestelares. [ Reseña ] [ Comprar ]
  6. Inteligencia Emocional (Daniel Goleman). Tal vez fue por el momento personal en el que me lo leí pero con Inteligencia Emocional tengo una relación especial. Disfruté muchísimo de su lectura hasta el punto de que era capaz de abstraerme de todo una vez que me sumergía en sus páginas. Quizá su lectura propició que tomase la decisión de volver a empezar a estudiar. [ Comprar ]
  7. La Ladrona de Libros (Markus Zusak). No hace falta hablar mucho de este estupendo libro que me leí a principios de año. Los que no lo hayan leído seguramente habrán visto la película. Una forma diferente de abordar el drama de la 2ª Guerra Mundial y el Holocausto nazi, con una óptica similar a La Vida es Bella pero desde una perspectiva opuesta. [ Reseña ] [ Comprar ]
  8. Ramsés, hijo de la Luz (Christian Jacq). Primero de los libros de la serie de Jacq sobre el gran faraón egipcio Ramsés III. Interesante visión sobre los momentos previos a su elección como heredero de su padre Seti, de las intrigas por arrebatarle el poder, de su paso por la adolescencia y su posterior maduración hacia una edad adulta compleja y llena de peligros. [ Reseña ] [ Comprar ]
  9. Un dulce sabor a muerte (Ellis Peters). Sin ser un libro extraordinario cumple con creces el objetivo de entretener. Me recuerda, salvando mucho las distancias, a El Nombre de la Rosa de Umberto Eco. Lectura ligera, divertida, fresca y atrapante. [ Comprar ]
  10. El Teorema Katherine (John Green). Si con Bajo la misma Estrella Green fue capaz de sacarme las lágrimas, con el Teorema Katherine ha sido capaz de arrancarme algunas sonrisas. Lejos, sin embargo del primero, con éste puedes pasar un rato entretenido. [ Comprar ]

Reseña: Hyperion

Ven, acompáñame, déjame te muestre un nuevo universo, un universo donde todo parece ser posible. Es la ciencia ficción y es Hyperion, el último de los mundos conocidos y que esconde un terrible secreto para la Humanidad.

Vamos, no podemos tardar, el tiempo apremia y las horas pasan en contra de nuestra especie. En el camino me permitirás la licencia de contarte unas historias, algunas antiguas, que tienen que ver con Vieja Tierra, aquel planeta de donde vinimo todos; otras serán más actuales, entenderás de la importancia de Hyperion.

Dan Simmons consigue con su primera novela sumergirte de lleno en su universo futurista y lo hace de la mejor forma que un fanático de la ciencia ficción puede esperar: con ciencia y con ficción a partes iguales. En este viaje hacia los confines del Universo Conocido, donde se encuentra el misterioso mundo de Hyperion, Simmons se encargará de desgranar su especial concepción del futuro de la humanidad con una serie de relatos entrelazados donde se profundiza en temas tan y dispares y tan importantes para una sociedad como son la tecnología, la religión, la ética o las relaciones sociales. En todas estas historias el nexo de unión, el mínimo común, será ese extraño planeta descubierto hace años sobre el que corren misteriosas leyendas acerca de un dios viviente: el Alcaudón. 

Esa forma distinta de narrar la historia mediante relatos cortos es un arma de doble filo que Simmons maneja con notable soltura: le proporciona frescura a la trama y se aleja con éxito de cambios excesivamente bruscos que puedan distanciar al lector de la historia.

Porque el objetivo es sentir un interés creciente por lo que en aquel planeta sucede e intentar entender qué hacen 7 tripulantes en una nave rumbo a ese planeta cuando todos tratan de huir de él. Y en esa tarea Simmons se muestra muy capaz.

Muy interesante.

7.5/10

Reseña: Flores para Algernón

Sentado frente al teclado y con una taza de té caliente intento ordenar mis ideas para escribir una reseña sobre el último libro que me he leído. Pero me resulta tremendamente complicado.

La realidad es que Flores para Algernón [Daniel Keyes] ha llegado a tocar una de esas fibras sensibles que todos tenemos. Y lo ha hecho de una forma en la que la sensación se hace compleja de explicar.

Cuando Isaac Asimov le dijo a Daniel Keyes «¿Cómo lo has hecho?» el autor agarró de la chaqueta al Buen Doctor y le dijo «Oye, Isaac, cuando lo descubras me lo dices ¿vale?, de verdad que me encantaría repetirlo». [Fuente: Wikipedia]

A Flores para Algernón la tildan de novela de ciencia ficción y muchos de los galardones obtenidos por ésta lo son de este área. Pero, en realidad, es un relato psicológico, un ensayo sobre la ignorancia y la felicidad, sobre el conocimiento como fuente de nuestro poder y de nuestra desdicha.

Toda la historia gira entorno a Charlie Gordon, un hombre que padece un retraso mental que lo coloca a la altura de chiquillos de 4 ó 5 años. Es feliz pero quiere ser listo. Y esta búsqueda incansable del aprendizaje lo convierte en un candidato perfecto para un estudio que se está realizando en una universidad de renombre.

Y hasta aquí puedo leer.

La novela, escrita en una interesante primera persona a modo de diario nos relata la evolución de Charlie a lo largo de todo el proceso y de sus pensamientos más íntimos mientras su cuerpo experimenta una metamorfosis que le llevará a cambiar por completo su vida.

El final, predecible y no por ello carente de una tensión narrativa impecable, es el que termina por redondear un ejercicio de introspección completo en el que el que lee se sumerge en los pensamientos de Charlie de una forma tremendamente profunda.

Uno de esos libros que no se si volveré a leer por no romper la magia que ha supuesto para mi su lectura.

Nota: 8/10

Reseña: Mendigos en España

Bajo este curioso título, la escritora Nancy Kress nos propone una intensa y nada desdeñable obra de ciencia ficción.

Mendigos en España centra su argumento en una sociedad de un futuro relativamente cercano dónde los avances en la modificación genética permiten elegir determinados rasgos a los padres con suficiente poder económico.

En esta carrera científica de modificación genética los genetistas encuentran el gen relacionado con el ciclo del sueño. Con ello se plantea la posibilidad de concebir niños sin que tengan la necesidad de dormir.

Keisha Camden será la primera de esta nueva especie de súper humanos.

Como digo, interesante planteamiento que se desarrolla en este primer volúmen de lo que es una trilogía y en el que se ponen sobre la mesa las conductas sociales de los seres humanos en lo que a comunidades se refiere. Con un argumento convincente y unos personajes que van ganando peso conforme el hilo de la historia va desarrollándose, Mendigos en España nos sumerge en una visión de un futuro donde la lucha de clases ha saltado la frontera de la especie.

Muy recomendable.

Crítica: Oblivion (2013)

Cuando por primera vez vi anunciar Oblivion tuve esa extraña contradicción que a veces surge cuando la fotografía te gusta pero el que sale en la foto no tanto.

Y no es que Tom Cruise no me haya convencido en muchos otros papeles (sobretodo haciendo de agente secreto), pero considero que la Ciencia Ficción se merece protagonistas de otro corte.

Oblivion (2013) es un fiel reflejo de lo que es la sociedad occidental de esta decena: empaquetado y listo para consumir.

No estoy diciendo en absoluto que sea una mala película pero sí que hay que asumir una serie de premisas básicas.

La primera es que a la ciencia ficción hollywoodiense cada vez le queda menos de ciencia. En 2017 ya estamos colonizando lunas de Saturno y planteándonos vivir allí (?) por poner un ejemplo. Y con esa sensación vas desenrollando el pergamino que te cuenta la historia postapocalíptica de una tierra sumida en el caos y la radiación. ¡Ay si Asimov levantase la cabeza!

La segunda es recordar a Matrix, Stargate, El Planeta de los Simios, Mad Max… y así vas contando una tras otra las referencias a películas que sí que trajeron algo diferente. Y digo referencias por no decir plagios descarados: hay un par de escenas que pasarían perfectamente por cortes de Independence Day.

El problema de la historia de Oblivion es ese, que ya nos la conocemos. Porque la fotografía y la banda sonora son casi perfectas, la ambientación cuidada, el grupo de actores impresiona (Morgan Freeman y Nikolaj Coster-Waldau entre otros)  y los efectos especiales muy conseguidos. Pero la película pierde demasiada fuerza con un argumento insulso, en algunos momentos poco creíble y en otros literalmente ridículo.

Cine en definitiva de consumo, como todo lo que se hace últimamente, de palomitas y refresco en la sala, de aventuras espaciales que busca en vano dejar un mensaje al final, terminando por liar la cosa todavía más.

No pasará a la historia aunque bienvenida es para alguna de las tardes soporíferas de verano.

Nota: 6/10