Si como muchos, dada la actual situación económica, estás planteándote iniciar una aventura empresarial por tu cuenta. Si tienes una idea, un concepto que consideras que puede funcionar.

Permíteme que te cuente brevemente lo que, después de un año de experiencia, creo que puede resultarte interesante.

Emprender no es sencillo

Está claro que la crisis ha supuesto un cambio dramático en nuestra concepción del trabajo. Que los índices de desempleo presentes y futuros sólo generan más y más dudas, pero desde mi modesto punto de vista, la tarea de emprender no es algo trivial. No se trata de ponerte un buen día de pie, tener esa brillante idea que va a cambiarlo todo, ponerla en práctica y forrarte.

Todo pasa por un compromiso interno con algo en lo que crees. Y este compromiso no es, en absoluto, sencillo de adquirir.

Creo que es fundamental parar un instante y releer la anterior frase. Hay dos palabras que deberían estar (y de hecho estarán) marcadas en negrita: compromiso y creer.

El compromiso no es sólo hablar con tu yo interior y ponerse de acuerdo con él. El compromiso abarca todas las áreas de tu vida tanto personal como profesional para que trabajen juntas en una misma dirección a pesar, y esto es lo importante, de todos los obstáculos que puedan surgir, y surgirán, durante la aventura que comienzas. Además, el compromiso cuando la empresa no sólo la formas tú es algo todavía más difícil de lograr. Hay que llegar al punto en que los niveles de implicación entre los que forman parte del equipo estén sincronizados. Porque cualquier desequilibrio en este punto puede resultar un problema a medio plazo cuya solución no resulta en muchos casos sencilla.

Por otro lado, la creencia ciega de que aquello que haces, aquello que estás creando con tus propias manos, va a funcionar. La imagen futura del éxito de tu idea.

Es muy importante tener claro desde el primer segundo en el que te ronda la idea de emprender por la cabeza que este camino sólo tendrá un final feliz si la palabra fracaso jamás aparece en tus pensamientos.

Aprender a confiar en tí sobre todas las demás cosas es la pieza fundamental, el verdadero motor para el éxito.