Más bien podría titularse: «Cómo tener una buena idea y cargársela en el cine».

El Sábado pasado, entre otras muchas cosas, terminamos en el cine viendo Jumper. Las buenas críticas y un tráiler muy logrado le precedían como una garantía de éxito.

Después de dos horas, el resultado no pudo estar más lejos.

Se trata de una cinta previsible, con partes del argumento carentes de lógica alguna, con una trama que despista sin llevar a ningún lado y con algunos diálogos propios del más cutre cine español. Y lo que es peor, con el final más surrealista de los que haya podido ver en los últimos tiempos.

Con películas así sales un poco mosqueado del cine, te sientes en cierto modo «estafado» por haber pagado por ver semejante bodrio.

Creo que es obvio que sólo recomiendo que si una tarde de Domingo estáis tremendamente aburridos, os la bajéis del eMule o similares, y le echéis un vistazo para luego venir y darme la razón. Pero nada de pagar por verla.